Una vez concluidas y consolidadas todas las fases del proceso de Identificación, mismas que vendrían a representar el armazón del proceso de programación mental, se inicia un proceso de construcción de discurso o argumentario, que vendría a ser algo así como su recubrimiento o piel externa.
Si te perdiste los 3 capítulos anteriores de esta serie, te dejamos a continuación los enlaces:
Así pues, la función del discurso o argumentario que acompaña a un proceso de programación mental de carácter ideológico, religioso o cultural, es servir como escudo protector intelectual, ante la amenaza que representan los mecanismos de programación adversarios, a la vez que también sirve como arma de agresión intelectual hacia ellos.
Y ese argumentario no se genera a nivel individual, sino a nivel social. Pongamos un ejemplo para verlo más claro:
Un europeo cristiano y de raza blanca (al que llamaremos, “europeo”), que siente un profundo e incontenible sentimiento de rechazo cuando ve a una mujer musulmana vestida con un Niqab que le cubre todo el cuerpo, paseando por las calles de su ciudad.
Pero… ¿por qué el “europeo” siente ese sentimiento tan fuerte de repulsión?
Bien, pues porque sus sistemas de programación mental de carácter nacional, cultural y religioso, reaccionan al ver el reflejo físico de una programación mental ajena; el programa mental instalado en la mente del “europeo”, considera esa programación mental ajena como “una amenaza invasiva” y automáticamente consigue generar en su mente un sentimiento de rechazo hacia esa mujer, su vestimenta y todo aquello que cree que representa; es decir, los mecanismos de programación instalados en la psique del “europeo” y con los que se IDENTIFICA, lo utilizan como instrumento FÍSICO para defenderse ante lo que consideran un mecanismo mental peligroso para su pervivencia, es decir, el mecanismo de programación mental de carácter étnico-religioso instalado en la mente de la mujer musulmana.
Ahora, supongamos que ese “europeo”, llevado por la rabia, expresa su sentimiento de rechazo de forma explícita hacia esa mujer musulmana, insultándola en público. El “europeo”, instrumentalizado por su programación mental, estará expresando el sentimiento de rechazo que dicha programación le induce, pero… ¿Qué sucederá si otro transeúnte, que se presenta como “defensor de la multiculturalidad” (al que llamaremos “tolerante”) decide defender a la mujer musulmana y le enfrenta? Entonces… ¿el “europeo” es un racista, un xenófobo y un anti-demócrata que no respeta la libre expresión cultural de los individuos?
Pues simplemente, lo que tendremos es que el “Europeo” que se ha dejado llevar por la rabia, estará en una clara inferioridad de condiciones a la hora de JUSTIFICAR INTELECTUALMENTE sus acciones ante el “Tolerante” que le ha reprendido por su actitud.
¿Y por qué? Pues porque a diferencia del “europeo”, que solo se ha dejado llevar por una emoción inducida, el “Tolerante” dispone de un ARGUMENTARIO.
Su argumentario (en este caso en su faceta atacante), consiste en vincular el mecanismo de programación mental de ese “europeo” con valores comúnmente aceptados a nivel social como “negativos”, como son el racismo, la intolerancia, la xenofobia, etc. Es decir, los argumentarios son conjuntos de mecanismos y conceptos con lógica interna de carácter intelectual, que permiten defender las propias programaciones y atacar las opuestas.
La única forma de defenderse que tendrá el “europeo”, será disponer de su propio argumentario con el que justificar sus acciones; en este caso, en una faceta defensiva: para ello podrá esgrimir subterfugios como “la libertad y los derechos de la mujer en la Europa Occidental que tantos sacrificios nos han costado”, o usar argumentos tan básicos como “Esto es Europa y Europa es cristiana”, “su vestimenta es un símbolo del islamismo radical”, o quizás subterfugios lógicos más pedestres como “si una mujer fuera a vivir a un país islámico debería vestir según sus costumbres y su cultura y ella debe hacer lo mismo cuando está en Europa”.
Esta es la auténtica función del ARGUMENTARIO: es el ARMAMENTO INTELECTUAL para tratar de debilitar las programaciones mentales opuestas y defender las propias.
Cabe destacar que los argumentarios siempre tienen 2 características fundamentales que no debemos ignorar:
1. Los argumentarios son coherentes con la lógica interna de la programación que defienden.
Por ejemplo, es difícil que usted vea a alguien de “extrema izquierda” utilizando conceptos como “patria”, “bandera”, “dios”, “familia”, etc. en la construcción de su argumentario, porque serían incoherentes con la programación mental que representa. Tendrá que buscar conceptos coherentes con su programa ideológico, como “clases populares”, “multiculturalidad”, “feminismo”, “proletariado”, etc.
Nota: Con este simple ejemplo, podremos definir la verdadera ideología de nuestros gobernantes.
2. Los argumentarios se construyen alrededor de los conceptos disponibles más efectivos para cumplir con su función, con independencia absoluta de la verdad y la honestidad.
Por ejemplo, todo el mundo alude al concepto de libertad, pero ninguna ideología la defiende realmente, sino que solo la esgrime porque es un arma muy efectiva argumentalmente, para defender el correspondiente programa mental ante el argumentario opuesto.
Este segundo punto es el que quizás le cueste más aceptar a la mayoría de personas. Y es que no nos limitamos a afirmar que todas las discusiones ideológicas están bañadas en la más absoluta hipocresía. Si solo existiera la hipocresía que conocemos todos, la que podríamos llamar “Hipocresía Explícita”, todo sería mucho más fácil.
No, lo que decimos es aún peor. Estamos hablando de un nivel de hipocresía inconsciente, en el que la programación mental induce a la mente del huésped a generar cualquier tipo de discurso lógico que le resulte útil; se trata de una hipocresía de segundo nivel de la que los propios individuos difícilmente toman conciencia.
Y todo esto que estamos diciendo, lo hemos visto expuesto en el dichoso asunto del burkini y en todas las discusiones que lo han rodeado. Todo el debate sobre este asunto, ha consistido únicamente en una confrontación de argumentarios vacíos, que sólo tienen lógica interna dentro de la ficción paralela del Sistema; aquello que antes comparábamos con un “sueño”.
Sí, lo estamos diciendo claro: todos estos argumentarios, con los que la gente se pone tan seria, tan trascendente y se llena tanto la boca, en realidad NO TIENEN NINGÚN SENTIDO.
Vayamos a un ejemplo concreto… ¿cuál ha sido uno de los argumentos que más han esgrimido los contrarios a la prohibición del burkini en las playas francesas en 2016, es decir, aquellos que defienden el uso del burkini?
La libertad. Y más concretamente, “la libertad individual de la mujer de escoger cómo quiere vestirse”.
Todo ello acompañado de un cierto tono solemne y de ese indescriptible “brillo vacío” en los ojos, tan característico de las personas imbuidas por el Sistema, que tanto nos asemeja a sonámbulos. Lo cierto es que defender el burkini como una “expresión de libertad”, solo tiene sentido cuando se está profundamente sumergido en el “sueño del Sistema”, con sus absurdas “lógicas” oníricas internas.
Si nos damos cuenta, para que la mujer musulmana utilizara el burkini, fue necesario llevar a cabo las fases del mecanismo de identificación: Instalación, Identificación, Transmisión y construcción de Argumentario.
Así ha sido como han esgrimido su derecho a “vestir como quieran”, “su libertad de expresión”, “la libertad de las mujeres”, “la defensa de la multiculturalidad y la tolerancia”, etc. y de la misma forma, han utilizado un argumentario similar para atacar a los “programados oponentes”, acusándolos de “xenofobia”, “represión”, “intolerancia”, “racismo”, “imposición”, etc.
De hecho, han llegado a utilizar argumentos tan falaces como “forma parte de nuestra libertad individual de vestir como queramos…”
¡Es increíble la facilidad con la que todas las personas programadas mentalmente, sean del bando que sean, echan mano del recurso de la “libertad individual” para defender la programación mental que precisamente la atenaza!
Pero ahora vayamos al otro bando y observemos qué argumentario han utilizado los que quieren prohibir el burkini…. ¿cuál es el subterfugio que han utilizado?
¡La Libertad!
En 2016 vimos montones de políticos franceses, con expresión severa, aduciendo: “el burkini representa la represión sobre la libertad de la mujer, es un símbolo del radicalismo islámico que tanto daño le ha hecho a Francia, no representa los valores de libertad e igualdad de la República Francesa, etc., etc.”
Como vemos, la (presunta) libertad es el comodín de los argumentarios de nuestro tiempo. Aunque ciertamente, debemos indicar que el concepto de Libertad solo lo han esgrimido las personas con una programación mental “más refinada”, es decir, personas que necesitan de varias capas de programación mental para acabar siendo esclavizadas.
Porque existen personas tan débiles psíquicamente que pueden ser programadas mentalmente de forma básica, por no decir directamente “primitiva” y “rudimentaria”; esas personas apenas necesitan de un argumentario y son los que directamente afirman: “Esto es Europa, somos cristianos y blancos y ustedes son unos árabes invasores”.
Este tipo de seres humanos son “maravillosos” para el sistema ya que obedecen a su programación mental de forma fanática sin tan solo necesidad de subterfugios intelectuales. ¡Qué simplicidad!
Y en “el otro bando” también los tenemos. Son aquellos que dicen “son todos unos infieles y deben morir”. De hecho, ambos grupos forman parte de ese tipo de personas que cada día se esfuerzan en recordarnos que provenimos de las amebas.
Es así de demencial. Ésta, es la realidad del mundo en el que vivimos. Sabemos que todo lo que hemos dicho hasta ahora es difícil de asimilar, simple y sencillamente “¡porque es demasiado fácil de entender!”
No hacen falta sesudos tratados de filosofía, repletos de farragosas referencias en griego o latín, para percatarse de que vivimos en una realidad paralela que solo existe dentro de nuestras cabezas y del profundo efecto que tiene sobre nosotros. Lo tenemos tan en nuestras narices que cuando nos enfrentamos a ello, tendemos a pensar: “no, no puede ser, es demasiado evidente, algo no cuadra, no puede ser tan fácil”.
Así pues, preferimos buscar cualquier entretenimiento que nos distraiga y nos aleje de la evidencia. Unos lo hacen a través de las distracciones más mundanas; otros a través de todo tipo de “fantasías alternativas” que deciden ver como “revelaciones liberadoras” que los convierten en “despiertos”; y otros perdiéndose en los más complejos laberintos conceptuales, creados por el Sistema, para alejarnos de lo que es más que obvio.
Si tuviéramos que elegir una imagen gráfica para describir lo que le sucede a la humanidad, podríamos pensar en una película de terror, en la que todo el mundo se ha visto afectado por un virus que le ha vuelto loco y le hace creer que vive en una realidad alternativa, como si el velo de un sueño continuo, les cubriera los ojos.
Es como si todos estuviéramos “poseídos”. Si quieren saber lo que es una auténtica “posesión infernal”, no es necesario que se pongan a ver “El Exorcista”. Salgan a la calle y observen; acudan a un mitin político, a un campo de fútbol o entren en un templo religioso, fíjense en la expresión de las personas, en cómo se retuercen sus caras en muecas de odio, fanatismo o emoción, dominados por completo por ideas que solo existen dentro de sus cabezas.
O escúchense a sí mismos, cuando defienden vehementemente una ideología o una creencia en un debate o en una discusión… ¿están seguros de que son ustedes quienes hablan con tanta pasión o hay “algo” en su interior que está usando su voz para defenderse?
¿No quieren creerlo? ¿No quieren aceptar que están ustedes “poseídos”?
No hay problema: hagan uso del instrumento más terrorífico jamás creado por el hombre. Mírense fijamente al espejo. Háganlo cuando se sientan ofendidos por que alguien ha atacado alguna de sus más profundas creencias y verán claramente que hay “algo”, agazapado en su interior, que está usando sus propios ojos para mirarlos con expresión de rabia.
Sin duda a estas alturas, habrá lectores inquietos, removiéndose en sus sillas, buscando subterfugios para justificar sus respectivas programaciones mentales. Quizá estén negando con la cabeza, con una mueca de desprecio en la cara y un extraño estado de desazón, que no probablemente no saben interpretar.
No les culpamos. Sus programaciones mentales, cual serpientes amenazadas por el fuego, les azuzan: “¡Te están atacando! ¡Defiéndete!”, aunque en realidad quieren decir “¡Defiéndeme, esclavo! ¡Quieren destruirme!”, parafraseando al sistema.
Desesperados, buscarán justificaciones para no enfrentarse al hecho de que todo aquello que consideran sagrado: “sus tradiciones”, su “cultura”, sus “costumbres” o “sus creencias”, en realidad no son más que una programación mental esclavizante.
Así que… ¿quieres cambiar al mundo?
Pues bien, tomando conciencia de lo anteriormente expuesto en esta serie de 4 artículos, es una manera de comenzar a hacerlo.
¿Mucho en qué pensar no?
Simplemente, éste, es nuestro criterio, ahora te toca a ti complementar el tuyo.
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Y recuerda… «No asumas NADA, cuestiona TODO».
Redacción Anwo.life
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