Algo potencialmente positivo de toda la debacle del COVID-19 es que hemos aprendido muchísimo sobre la sociedad en la que vivimos. Esto será crucial si logramos evitar un descenso a un futuro de pesadilla de esclavitud tecno-fascista.
Tendremos una nueva comprensión de en qué se ha convertido nuestro mundo y de lo que nos gustaría que fuera en las próximas décadas y siglos. Y «nosotros» significa nosotros. Si bien la mayoría, aparentemente, no ha aprendido nada de lo sucedido, eventualmente se pondrán al día.
Es imposible que los conocimientos adquiridos por un 15% o un 20% de la población despierta no acaben siendo compartidos por casi todo el mundo. Una vez que la verdad sale a la luz, tiende a quedarse fuera. Como HR Haldeman lo expresó tan sabiamente: “no se puede volver a poner la pasta de dientes en el tubo”.
A continuación, hablaremos de 10 cosas que hemos aprendido durante el Golpe de Estado del COVID-19:
1. Nuestro sistema político está irremediablemente corrompido. Prácticamente todos los políticos son irremediablemente corruptos. No se puede confiar en ningún partido político. Todos pueden ser y han sido comprados.
2. La democracia es una farsa. Ha sido una farsa durante mucho tiempo. Nunca habrá democracia real cuando el dinero y el poder sean lo mismo.
3. El sistema no se detendrá ante nada para aferrarse a su poder y, si es posible, incrementar sus niveles de control y explotación. No tiene escrúpulos. Ninguna mentira es demasiado escandalosa, ninguna hipocresía demasiado nauseabunda, ningún sacrificio humano demasiado grande.
4. Los llamados movimientos radicales no suelen ser nada de eso. Desde cualquier dirección que pretendan atacar al sistema, solo fingen hacerlo y sirven para canalizar el descontento en direcciones que son inofensivas para la camarilla del poder e incluso útiles para sus agendas.
5. Cualquier voz “disidente” de la que haya oído hablar a través de los medios corporativos probablemente sea falsa. El sistema no distribuye publicidad gratuita a sus enemigos reales.
6. La mayoría de las personas en nuestra sociedad son COBARDES. Desecharán todos los buenos valores y principios de los que se han jactado en voz alta durante toda su vida simplemente para evitar la más mínima posibilidad de crítica pública, inconvenientes o incluso pérdidas financieras menores.
7. Los principales medios de comunicación no son más que una máquina de propaganda para el sistema y los periodistas que trabajan para él han vendido sus lamentables almas, poniendo sus habilidades de escritura (a menudo mínimas) enteramente a disposición del Poder.
8. La policía no es para servir al público, sino para servir a una minoría poderosa y extremadamente rica que busca controlar y explotar al público para sus propios intereses estrechos y codiciosos.
9. No se puede confiar en los científicos. Utilizarán el poder hipnótico de sus batas blancas y su estatus de autoridad en beneficio de quien financie su trabajo y estilo de vida. El que paga al flautista es quien manda.
10. El progreso es una ilusión engañosa. El “progreso” de la creciente automatización e industrialización no va de la mano de un progreso en la calidad de vida humana, sino que de hecho la reducirá “progresivamente” hasta el punto de su completa extinción.
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Y recuerda… «No asumas NADA, cuestiona TODO».
Redacción Anwo.life