Por: Andrew Garza
En los últimos meses han comenzado a circular rumores inquietantes: ejercicios militares atípicos, discursos nuevos desde la Sedena, análisis de inteligencia informal y voces desde dentro del propio ejército que advierten que México podría estar anticipando una posible intervención extranjera.
¿Se trata solo de paranoia alimentada por redes sociales? ¿O realmente hay señales que apuntan a un giro defensivo en la doctrina militar del país?
Esta es la pregunta que hoy nos toca plantear. Porque, aunque no haya tanques en las calles ni declaraciones oficiales de guerra, algo está cambiando en el discurso, en la forma y en el fondo del aparato militar mexicano.
1. Señales que encienden las alertas
Cambios en ejercicios militares
De acuerdo con observadores y veteranos, algunas unidades del Ejército Mexicano han comenzado a realizar maniobras con lógica de defensa territorial, no solo combate urbano contra el crimen organizado. Estas prácticas incluyen:
- Simulación de control de rutas estratégicas y zonas fronterizas.
- Respuesta rápida a inserciones externas.
- Uso de armamento pesado y artillería de campaña fuera del contexto de desastres naturales.
Aunque no hay comunicados oficiales que lo confirmen, se trata de un patrón que rompe con la rutina tradicional de los planes DN-II y DN-III, enfocados en seguridad interior y atención a desastres.
Un nuevo discurso desde la Sedena
La narrativa institucional también ha cambiado sutilmente. Donde antes se hablaba de “apoyo a la población” y “seguridad pública”, ahora se comienza a escuchar:
- “Defensa de la soberanía”,
- “Protección de fronteras” y
- “Preparación ante amenazas externas”.
Estas frases no son casuales. Denotan un desplazamiento simbólico hacia una visión más geopolítica del rol de las Fuerzas Armadas.
Rumores dentro del Ejército
Algunos analistas que mantienen contacto con personal activo reportan comentarios discretos entre mandos medios y altos, quienes:
- Aseguran estar recibiendo instrucciones más orientadas a escenarios de conflicto externo.
- Advierten sobre ejercicios que incluyen la simulación de ingreso de tropas extranjeras.
- Mencionan una creciente presión política para mantener “el control territorial total”.
Si bien se trata de información no confirmada, el hecho de que estos rumores circulen dentro del Ejército es ya un dato relevante.
Lo que dicen los medios alternativos
Programas como Tras las Líneas y figuras como GAFE423 han planteado con seriedad una hipótesis incómoda:
“El Ejército Mexicano se está preparando no para invadir, sino para repeler una invasión.”
En su análisis, vinculan esta postura con las declaraciones públicas de Donald Trump y legisladores republicanos que han sugerido intervenir militarmente en México para combatir a los cárteles, incluso sin autorización del gobierno mexicano.
Según estos analistas, la Sedena podría estar anticipando un escenario de intervención “quirúrgica” por parte de Estados Unidos, y estar calibrando sus capacidades para evitarlo o, al menos, dificultarlo.
2. La realidad y los límites del discurso
Doctrina legal del Ejército Mexicano
Por Constitución, las Fuerzas Armadas están diseñadas para actuar dentro del territorio nacional. El Plan DN-I —dedicado a la defensa ante agresiones externas— nunca ha sido activado en la historia reciente, y solo puede ponerse en marcha mediante declaración oficial del Senado.
No hay despliegues defensivos reales
A pesar de los rumores y el discurso, no hay evidencia visible de una movilización militar con objetivos defensivos:
- No se han instalado cuarteles avanzados en la frontera.
- No hay reportes de compras masivas de equipo defensivo ni despliegue aéreo estratégico.
- Las acciones continúan concentradas en seguridad pública, migración y combate al crimen.
La postura del gobierno
La presidenta Claudia Sheinbaum ha sido clara:
“Nuestro territorio es inviolable. Nuestra soberanía es inviolable. Podemos cooperar, pero nunca aceptaremos tropas estadounidenses en nuestro suelo.”
Sedena, por su parte, mantiene el discurso de colaboración, pero también ha endurecido el tono en cuanto a soberanía y autonomía operativa.
¿Y si es solo una narrativa?
Existe también otra lectura: que todo esto no es preparación real para un conflicto armado, sino una narrativa estratégica con fines internos:
- Justificar un mayor presupuesto militar.
- Expandir la militarización del territorio bajo el pretexto de seguridad nacional.
- Generar cohesión interna en el Ejército ante un escenario político volátil.
3. Entre la sospecha y la evidencia
El Ejército Mexicano no está movilizando tropas, ni hay señales claras de preparación para una guerra.
Pero sí es cierto que:
- Los entrenamientos se están adaptando.
- Circulan rumores internos sobre escenarios de conflicto externo.
¿Es paranoia o prevención? ¿Narrativa política o preparación táctica?
Por ahora, la evidencia apunta más a lo segundo. Pero cuando las Fuerzas Armadas cambian su lógica, vale la pena al menos hacerse la pregunta.
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Y recuerda… «No asumas NADA, cuestiona TODO».
Redacción Anwo.life