Después de lo sucedido el pasado de 6 de enero en el capitolio de los Estados Unidos y la aceptación, por parte de Donald Trump, de que habrá una transición ordenada, es decir, que Biden será el nuevo titular de la Casa Blanca, millones de personas a nivel mundial se preguntan ¿qué sigue? o mejor dicho ¿qué sigue para el todavía presidente en funciones?
¿Será destituido antes de tiempo? ¿ocupará los próximos años defendiéndose de la oleada de apercibimientos legales que se le vienen encima? ¿seguirá siendo un potente líder político los siguientes 4 años y se presentará a elecciones en 2024 por el partido republicano? o ¿todas las anteriores?
¿Hay alguna otra alternativa para Trump? Creemos que sí.
Si usted está relacionado con la historia política reciente de México, recordará que el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), fue derrotado en 2 contiendas electorales la cuales, para un gran sector de la población mexicana fueron estigmatizadas como “FRAUDE”.
Al puro estilo mexicano, los Estados Unidos fueron a un proceso electoral en 2020 plagado de irregularidades, mismo que llevó a Donald Trump y a sus seguidores a resistirse sin aceptar la derrota. Tal y como lo los hiciera AMLO en su momento.
Así pues, en un discurso de campaña de recaudación de fondos de Hillary Clinton en 2016, se hicieron algunos comentarios profundamente despectivos sobre un sector de la población cuyos ingresos no superaban los 150 mil dólares al año, llamándolos «deplorables».
También se habló sobre otra “bolsa” de partidarios de Trump que fueron descritos como «personas que sienten que el gobierno los ha decepcionado, que la economía los ha decepcionado, que nadie se preocupa por lo que suceda con sus vidas y su futuro, y que están desesperados por un cambio». Dentro de ese discurso se señaló que éstas, eran personas a las que había que entender y con las que también se debía sentir empatía. Según estimaciones de aquella época, este segundo sector de votantes de Trump ascendería a unos 37 millones en 2020.
¿Ya ves por dónde vamos? Sigamos…
A pesar del discurso político electoral, mientras se desgarraban las vestiduras en campaña, ni Clinton, ni Obama antes que ella, ni Biden ahora, han tenido el menor interés en resolver ninguno de los problemas reales de este sector.
Lo anterior le pudiera parecer familiar a millones de mexicanos que, durante décadas, quedaron en espera de ser tomados en cuenta por los partidos gobernantes antes de 2018, el PRI y el PAN.
Si hacemos memoria, recordaremos que Biden ofreció garantías a los donantes de Wall Street de que «nada cambiará» bajo su presidencia. Como seguramente ya nos hemos dado cuenta, aparte de complacer con sus votos, los demócratas corporativos no le tienen ningún respeto por la población riéndose de ellos a sus espaldas. Esta actitud se aplica de igual forma a quienes financian y controlan al Partido Republicano.
Lo cierto es que la actitud de los habitantes de Wall Street, los dueños de grandes negocios, la clase ociosa, aquellos con una inmensa riqueza heredada y los gratamente recompensados por servirles es la siguiente: “Tenemos lo nuestro. Queremos que las cosas sigan así, a menos que, por supuesto, podamos conseguir aún más».Mientras tanto, el nivel de vida de los ciudadanos comunes sigue cayendo en picada.
Actualmente, millones de norteamericanos son ignorados y se encuentran en tal grado de indefensión que seguirían, hasta donde fuera, al líder que les prometiera un cambio radical y un futuro mucho más venturoso.
Es ahí donde comienza a tomar forma este análisis y su paralelismo con lo sucedido en México en 2018, cuando AMLO llega al poder con una legitimidad indiscutible.
En Estados Unidos, cada cuatro años la gente elige entre dos candidatos que ya han sido cuidadosamente examinados para garantizar su fidelidad al orden de las cosas existente. Y es importante tener dos candidatos porque, de lo contrario, la gente podría comenzar a sospechar que se vive en uno de esos estados autoritarios de partido único sobre los que la “democracia” norteamericana se ha quejado toda la vida.
El fallecido George Carlin, uno de los mayores críticos sociales de todos los tiempos, a menudo hablaba sobre los verdaderos dueños del sistema, los grandes intereses comerciales que controlan las cosas y toman todas las decisiones importantes. Sabiamente dijo: “Olvídate de los políticos. Los políticos están ahí para dar la idea de que tienes libertad de elección. Los verdaderos dueños gastan miles de millones de dólares cada año presionando para conseguir lo que quieren. Es un gran club y no estás en él. … No se preocupan por ti en absoluto, en absoluto, en absoluto».
Y es cierto, en México por años se tuvo el control político del país a través de un solo partido (el PRI), alternando éste a la supuesta “derecha” a partir de la década del 2000. Los dos partidos, poseían las características inherentes a los designios de los dueños del sistema, la oligarquía, la plutocracia o “la mafia del poder”, término acuñado por el actual mandatario mexicano.
Lo único que a esta gente le haría perder el sueño, es que la población comenzase a comprender que sus problemáticas tienen realmente más puntos en común de lo que se imaginaron. Lo anterior, sucedió en México y está sucediendo en los Estados Unidos.
La última pesadilla de las élites es que de esa comprensión surgiría primero un movimiento de masas, como lo fue MORENA en México, y luego un nuevo partido político para lograr los cambios que tanto se necesitan y la población merece. Es esta pesadilla la que Donald Trump, como fue el caso de AMLO, quiere empezar a hacer realidad bajo el lema de “Make America Great Again”.
Tanto los Republicanos como los Demócratas, fieles a sus costumbres, seguirán formando combinaciones de los ex simpatizantes de Bernie Sanders; los afroamericanos, hispanos e indígenas; miembros sindicales de base; desempleados, subempleados y futuros desempleados; millennials más jóvenes; trabajadores blancos en la América rural; no creyentes y algunos cristianos evangélicos; la tercera parte de la población en edad de votar que no votó porque se desanimó demasiado; inmigrantes de clase trabajadora; trabajadores de servicios con salarios bajos y personas mayores que luchan con ingresos fijos y temen perder el Seguro Social y Medicare.
Raza, género, etnia, sexualidad y nacionalidad son solo algunas de las estafas y chivos expiatorios que los “Dueños del Sistema” despliegan hábilmente para dividir y desviar la mirada de la realidad económica y política de los Estados Unidos.
Con declaraciones como… “Los políticos son pura palabrería, nada de acción. No resuelven nada. No nos llevarán, créanme, a la Tierra Prometida. Ellos no pueden hacer a Estados Unidos grandioso otra vez”. … y «A todos mis maravillosos seguidores: sé que están decepcionados, pero también quiero que sepan que nuestro increíble viaje no ha hecho más que comenzar», Trump deja abierta la puerta de su carrera política perfilándose seriamente hacia el 2024.
Pero… ¿será con los republicanos?
Es muy probable que no. Con 75 millones de votos y fervientes seguidores, así como nuevos partidarios arrepentidos por dar su voto a Biden, debido al descaro en la manipulación de la elección del pasado noviembre y la corrupción evidenciada a pesar del sesgo de los medios de comunicación, Trump ha sentado las bases de un movimiento que bien podría dar sentido a la creación de un nuevo partido político con grandes posibilidades de competir dignamente y hasta derrotar a los “burros” y “elefantes”.
Al puro estilo de Andrés Manuel López Obrador, quien llevó a MORENA a ser la primera fuerza política de México en su primera elección como partido político legalmente constituido en 2018, Trump podría aprovechar la inercia del “trumpismo” y dar inicio a un sistema político tripartidista el cual cambiaría por completo el juego de poderes, las instituciones electorales y volvería a dar sentido a las esperanzas del pueblo norteamericano, sirviendo quizá, a distintos intereses.
¿Acaso Trump seguirá el camino de AMLO? Lo sabremos muy pronto.
Y recuerda… “No asumas nada, cuestiona TODO”.
Redacción ANWO
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El veterano periodista de investigación Leo Hohmann descubrió una presentación de 2017 en Ted Talk del Dr. Tal Zaks, director médico de Moderna Inc., donde éste explica claramente en un lenguaje común lo que hace la tecnología de ARNm en las vacunas.
Al día de hoy, queda más que claro que los acontecimientos que han marcado los últimos años, en especial lo sucedido durante el 2021, apuntan a un camino muy definido hacia la muerte del Viejo Orden, el fin de la civilización (tal y como la conocemos) y el nacimiento de lo que muchos han denominado: el “Nuevo Orden Mundial”. Este proceso ha derribado por completo los viejos hitos del sistema para establecer nuevas percepciones a costa de lo que sea, y quien sea, dejando en el camino una sociedad envuelta en miedo, confusión, caos y por supuesto, con una gran cantidad de mártires.
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