En el capítulo anterior de esta serie, hablamos de cómo comenzó el conflicto entre Israel y Palestina, por qué se fundó Israel en Medio Oriente y por qué hay dos territorios palestinos.
Si te perdiste la primera parte, te dejamos a continuación el enlace:
Tras la creación del Estado de Israel y el desplazamiento de miles de personas que perdieron sus hogares, el movimiento nacionalista palestino comenzó a reagruparse en Cisjordania y Gaza, controlados respectivamente por Jordania y Egipto, y en los campos de refugiados creados en otros estados árabes.
Poco antes de la guerra de 1967, organizaciones palestinas como Fatah –liderada por Yasser Arafat– conformaron la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y lanzaron operaciones contra Israel, primero desde Jordania y luego desde Líbano.
Estos ataques incluyeron también atentados contra objetivos israelíes en territorio europeo que no discriminaron entre aviones, embajadas o atletas.
Tras años de atentados palestinos y asesinatos selectivos de las fuerzas de seguridad israelíes, la OLP e Israel firmaron en 1993 los acuerdos de paz de Oslo, en los que la organización palestina renunció a “la violencia y el terrorismo” y reconoció el “derecho” de Israel “a existir en paz y seguridad”, un reconocimiento que la organización islámica palestina Hamas nunca aceptó.
Y como resultado de los acuerdos firmados en la capital noruega fue creada la Autoridad Nacional Palestina, que representa a los palestinos ante los foros internacionales.
Su presidente es elegido por voto directo y él a su vez escoge un primer ministro y a los miembros de su gabinete. Sus autoridades civiles y de seguridad controlan áreas urbanas (Área A según Oslo), mientras que solo sus representantes civiles -y no de seguridad- controlan áreas rurales (Área B).
Pero a pesar de que Jerusalén es uno de los puntos más conflictivos entre ambas partes, Jerusalén Oriental, considerada la capital histórica por parte de los palestinos, no fue incluida en los acuerdos.
Y el 30 de septiembre de 2015 el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, anunció ante la 70 Asamblea General de Naciones Unidas que su gobierno se desvinculaba de los Acuerdos de Oslo en vista de los incumplimientos de Israel.
“Declaramos que no podemos seguir obligados legalmente por estos acuerdos firmados y que Israel debe asumir todas sus responsabilidades como un poder ocupante, porque el statu quo no puede continuar”, dijo Abbas.
¿Cuáles son los principales puntos de conflicto entre palestinos e israelíes?
La demora para el establecimiento de un Estado palestino independiente, la construcción de asentamientos de colonos judíos en Cisjordania y la barrera de seguridad en torno a ese territorio -condenada por la Corte Internacional de Justicia de La Haya– han complicado el avance de un proceso de paz.
Pero éstos no son los únicos obstáculos, tal como quedó claro en el fracaso de las últimas conversaciones de paz serias entre ambos grupos que tuvieron lugar en Camp David, Estados Unidos, en el año 2000, cuando un saliente Bill Clinton no logró un acuerdo entre Arafat y el entonces primer ministro israelí, Ehud Barak.
Las diferencias que parecen irreconciliables son las siguientes:
Jerusalén: Israel reclama soberanía sobre la ciudad (sagrada para judíos, musulmanes y cristianos) y asegura que es su capital tras tomar Jerusalén Oriental en 1967. Eso no es reconocido internacionalmente. Los palestinos quieren que Jerusalén Oriental sea su capital.
Fronteras y terreno: Los palestinos demandan que su futuro Estado se conforme de acuerdo a los límites previos al 4 de junio de 1967, antes del comienzo de la Guerra de los Seis Días, algo que Israel rechaza.
Asentamientos: Son viviendas, ilegales de acuerdo al derecho internacional, construidas por el gobierno israelí en los territorios ocupados por Israel tras la guerra de 1967. En Cisjordania y Jerusalén Oriental hay más de medio millón de colonos judíos.
Refugiados palestinos: Los palestinos sostienen que los refugiados (10.6 millones según la OLP, de los cuales casi la mitad están registrados en la ONU) tienen el derecho de regreso a lo que hoy es Israel, pero para Israel abrir la puerta destruiría su identidad como Estado judío.
¿Es Palestina un país?
La ONU reconoció a Palestina como “Estado observador no miembro” a fines de 2012, con lo que dejó de ser una “entidad observadora”.
El cambio les permitió a los palestinos participar en los debates de la Asamblea General y mejorar las posibilidades de ser miembro de agencias de la ONU y otros organismos.
Pero el voto no creó al Estado palestino. Un año antes los palestinos lo intentaron, pero no consiguieron apoyo suficiente en el Consejo de Seguridad.
Casi el 70% de los miembros de la Asamblea General de ONU (134 de 192), sin embargo, reconoce a Palestina como Estado.
Y en septiembre de 2015 la amplia mayoría votó por permitir que la bandera palestina ondeara frente a la sede del organismo. Sólo siete países se opusieron.
¿Por qué EE.UU. es el principal aliado de Israel? ¿Quién apoya a los palestinos?
Primero hay que considerar la existencia de un importante y poderoso cabildeo pro-Israel en Estados Unidos y el hecho de que la opinión pública suele ser favorable a la postura israelí, por lo que para un presidente quitarle el apoyo a Israel es virtualmente imposible.
De acuerdo a una encuesta encargada por la BBC en 2013 en 22 países, EE.UU. fue el único país occidental con una opinión favorable de Israel, y el único país de la encuesta con una mayoría de opiniones positivas (51%).
Además, ambas naciones son aliadas militares: Israel es uno de los mayores receptores de ayuda estadounidense y la mayoría llega en subvenciones para la compra de armamento.
Los palestinos no tienen el apoyo abierto de una potencia.
En la región, Egipto dejó de apoyar a Hamas, tras la deposición por parte del ejército del presidente islamista Mohamed Morsi, de los Hermanos Musulmanes, históricamente asociados con el grupo palestinos.
Mientras que Siria e Irán y el grupo libanés Hezbolá son sus principales apoyos y aunque su causa genera simpatía en muchos sectores, por lo general no se traduce en hechos.
Y los actuales conflictos en el Medio oriente también han distraído a la opinión pública internacional.
¿Qué tendría que ocurrir para que haya una oportunidad de paz duradera?
Los israelíes tendrían que apoyar un Estado soberano para los palestinos que incluya a Hamas, levantar el bloqueo a Gaza y las restricciones de movimiento en Cisjordania y Jerusalén Oriental.
Los grupos palestinos deberían renunciar a la violencia y reconocer el Estado de Israel y se tendrían que alcanzar acuerdos razonables en materia de fronteras, asentamientos judíos y retorno de refugiados.
Sin embargo, desde 1948, año de la creación del estado de Israel, muchas cosas han cambiado, en especial la configuración de los territorios en disputa tras las guerras entre árabes e israelíes.
Para Israel eso son hechos consumados, para los palestinos no, ya que insisten en que las fronteras a negociar deberían ser aquellas que existían antes de la guerra de 1967.
Además, mientras en el terreno bélico las cosas son cada vez más incontrolables en la Franja de Gaza, existe una especie de guerra silenciosa en Cisjordania con la continua construcción de asentamientos judíos, lo que reduce, de hecho, el territorio palestino en esas zonas autónomas.
Pero quizás el tema más complicado por su simbolismo es Jerusalén, la capital tanto para palestinos como para israelíes. Tanto la Autoridad Nacional Palestina, que gobierna Cisjordania, como el grupo Hamas, en Gaza, reclaman la parte oriental como su capital pese a que Israel la ocupó en 1967.
Por el momento, no hay tampoco nada que sugiera una resurrección del moribundo proceso de paz. De hecho, es difícil encontrar un momento de la historia reciente en que se hayan hecho tan pocos esfuerzos por encontrar una solución a este viejo conflicto.
Pocos creen que el líder palestino Mahmud Abbas y el primer ministro Benjamín Netanyahu vayan a hacer las concesiones necesarias para llegar a un acuerdo.
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Redacción Anwo.life
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