La humanidad transita los dos últimos siglos guiados por las ideas económicas, políticas, sociales o filosóficas propuestas por Adam Smith durante la Revolución Industrial, y por lo propugnado por el movimiento socialista surgido en el siglo XIX como alternativa ideológica al capitalismo en formación, y que adquiere la condición de activismo político al introducir Karl Marx los doctrinarios socialistas que lo transforman en ideología y partido.
Ello explica que la Gran Depresión de 1929, la crisis empresarial iniciada con la quiebra de la estadounidense Enron en 1991, o la situación de crisis económica actual, son de uno u otro modo el resultado de la aplicación de tales preceptos, pero por no haberlos entendido y aplicado conforme a las condiciones que sus proponentes concibieron e intuyeron.
Adam Smith y las condiciones de su planteamiento capitalista

Smith, al ahondar en el principio de la “mano invisible” como medio hacia el ansiado bien común, en el Ensayo sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones publicado en 1776, no imagina la forma equivocada en que es entendido y aplicado su planteamiento, en nombre del cual se depara tanto daño al propio hombre y a su entorno natural.
Inconsciente o deliberadamente, el mundo ignoró que, en La teoría de los sentimientos morales publicada en 1759, Smith propuso unas condiciones que la humanidad en general y sobre todo los intervinientes en la vida económica en particular, debían considerar al aplicar el fisiócrata principio de la “mano invisible” o laissez faire.
Lo anterior puede resumirse en actitudes que restrinjan “impulsos egoístas y fomentar los benevolentes,” ya que sólo de ese modo podrá la humanidad proporcionarse mutuamente la ayuda que requiere sobre la base del “amor, la gratitud, la amistad y la estima”, que, además, harán que florezca y sea feliz.
Marx y su pensamiento socialista-comunista

El socialismo emerge en el siglo XIX como alternativa a las condiciones políticas, económicas y sociales surgidas con la Revolución Industrial, como activismo social heredero de las utopías del Renacimiento y por ello con un marcado tinte utópico; pero que después adquiere la condición de activismo político al introducir Karl Marx a los doctrinarios socialistas que lo transforman en ideología y partido.
Se le llega a considerar la fase previa de la ansiada sociedad comunista, radicando su base económica en la propiedad pública de los medios de producción y en un control colectivo y planificado de la economía, tanto estatal como cooperativista o colectiva.
Las principales teorías económicas y la crisis actual

La crisis económica actual, y las demás surgidas en los dos últimos siglos por la aplicación tergiversada de las ideas propugnadas por el capitalismo y el socialismo, conforme la historia tiene registrado y las circunstancias actuales vienen revelando, no puede ser impedimento para rescatar lo que de ambas corrientes resulte todavía viable, en aras del desarrollo presente y futuro de la humanidad.
Más todavía, si la pretensión capitalista de felicidad y realización plena para los hombres, actuando en libertad -laissez faire- y conforme a actitudes de buena voluntad, solidaridad o sentido común, así como la demanda socialista de hacer prevalecer la igualdad y dignidad humana por encima de cualquier otra condición, tienen plena vigencia en el actual contexto crítico desde el punto de vista económico, social, ambiental y hasta político e institucional.
Por haber actuado el hombre sobre la base de criterios alejados de la moral y la ética que, alrededor del mundo, viene provocando la insolvencia y la quiebra de innumerables empresas y, en un ámbito nacional, obligando a gobiernos de países europeos como Grecia, Irlanda, Portugal o España, la adopción de medidas excepcionales con las que hacer frente la apremiante situación existente.
La religión y los planteamientos de Marx y Smith

Por lo demás, no resulta difícil deducir de los planteamientos capitalista y socialista, una aproximación a las ideas que distintas religiones han profesado a lo largo de la historia, incluso actualmente, pese a los intentos de acercamiento y alejamiento hacia la fe evidenciados de distintas maneras por laicos y creyentes de todo el mundo.
Sentido en la cual son también muchos los estudios que desde hace tiempo vienen efectuando distintos investigadores, entre los que es posible encontrar a algunos Premios Nobel como Amartya Sen o John Forbes Nash.
Los valores y el desarrollo según Amartya Sen

El primero, Premio Nobel de Economía en 1998 por sus contribuciones a la economía del bienestar, considerado una excepción entre los economistas del siglo XX por preguntarse cuestiones de valores que considera abandonadas en la discusión económica habitual y por situar el interés propio como factor fundamental de la motivación humana.
John Forbes Nash, su mente brillante y el Equilibrio de Nash

Y el segundo, Premio Nobel de Economía de 1994 junto a Reinhard Selten y John Harsanyi, por sus aportes a la teoría de juegos y los procesos de negociación que, conjuntamente a su previo Equilibrio de Nash, surgen finalmente como contribución al objetivo de hacer más viable la propuesta de la “mano invisible” de Adam Smith.
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Y recuerda… “No asumas NADA, cuestiona TODO”.
Redacción Anwo.life