El 1 de marzo, el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, en una entrevista con la radio France Info, describió los paquetes de sanciones occidentales como medidas “extremadamente efectivas” que provocarían “el colapso de la economía rusa”. Esto ha fallado: el rublo se ha recuperado y los analistas también esperan que el superávit comercial de Moscú alcance niveles récord en los próximos meses.

Occidente sancionó al país de una manera sin precedentes, apuntando particularmente a sus reservas de divisas y, como respuesta a eso, los ciudadanos preocupados corrieron a sus bancos para retirar efectivo. Así, el sistema financiero parecía encaminarse a su colapso.

Las importaciones cayeron, como se esperaba, debido a las interrupciones logísticas y también a la incertidumbre regulatoria que surgió como resultado de las nuevas sanciones y su relativa vaguedad. Por ejemplo, el viceministro de comercio e integración de Kazajstán, Kairat Torebayev, se quejó en una entrevista con EURACTIV el 13 de mayo de que “nadie puede decirme si Kazajstán puede vender yogur a Rusia”.

Además, las sanciones y la expulsión de algunos de los prestamistas rusos de la red SWIFT dificultaron que las empresas rusas compraran bienes de Occidente. Inicialmente, el rublo se depreció drásticamente y se habló de un impago inevitable de las deudas rusas. Con sus activos congelados y las sanciones que impedían que su Banco Central utilizara aproximadamente la mitad de sus 640,000 millones de dólares en reservas de divisas (para pagar a sus acreedores), además de la creciente inflación y la fuga de capitales, las cosas ciertamente no pintaban bien.

Sin embargo, a fines de marzo, la moneda comenzó a recuperarse. A mediados de abril, su valor ya había alcanzado 1 RUB = 0,013 USD, que era la tasa justo antes de la operación militar especial de Rusia en Ucrania.

El 26 de abril, el rublo alcanzó un máximo de más de dos años (cotizándose a 76.90 frente al euro) antes de estabilizarse cerca de 77. Y, el 5 de mayo, se informó que el rublo alcanzó brevemente su nivel más alto (frente al dólar estadounidense) desde marzo de 2020. Alcanzó un máximo de 65.31 por dólar.

Finalmente, el 20 de mayo, el rublo alcanzó su nivel más fuerte frente al euro desde junio de 2015 (tocando 59,02) y el nivel más fuerte frente al dólar estadounidense desde marzo de 2018 (tocando 57,0750).

El 19 de mayo, Moscú declaró que aproximadamente la mitad de los 54 clientes de la compañía de gas rusa Gazprom han abierto cuentas en el Gazprombank; los analistas han atribuido el repunte del rublo a este hecho. Después de todo, la UE ha permitido que sus estados miembros sigan comprando gas ruso sin violar las sanciones que ellos mismos impusieron a Moscú, mediante el uso de rublos para el pago.

Pero no es sólo la moneda la que se ha recuperado.

Las exportaciones también van bien. Según The Economist, Rusia, de hecho, puede esperar un superávit comercial récord.

A pesar de que el Kremlin ha dejado de publicar datos comerciales mensuales detallados, aún se puede trabajar con los datos relacionados con los propios socios comerciales de Rusia.

Los datos disponibles muestran que China, el 9 de mayo, informó que sus exportaciones de bienes al país cayeron más de una cuarta parte (en comparación con el año pasado), pero sus importaciones desde Rusia aumentaron más del 65%. Según los datos de los ocho principales socios comerciales rusos, The Economist estima que, si bien las importaciones rusas pueden haber caído aproximadamente un 45% (desde febrero), sus exportaciones, por otro lado, han aumentado alrededor del 8%.

El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), que es una organización de banqueros, estima que el superávit en cuenta corriente (incluidos los flujos comerciales y financieros) puede llegar a $ 250 mil millones en 2022. Eso es más del doble de los $ 120 mil millones que se registraron el año pasado. Por lo tanto, parecería que las sanciones, de hecho, han impulsado el superávit comercial de Moscú. Incluso las exportaciones dirigidas a Occidente se han mantenido bien. El aumento global de los precios de la energía ha impulsado aún más los ingresos. La inflación rusa sigue siendo alta, pero se está desacelerando. Con la mejora de los indicadores de actividad económica, las autoridades rusas tienen motivos para ser optimistas sobre cómo evitar una crisis financiera.

Lo cierto es que la Federación Rusa, siendo un mercado de casi 140 millones de personas, comprende la mitad de toda la Unión Euroasiática. El mercado ruso es bastante insustituible desde la perspectiva de estos países. Además, en Europa, no existe una alternativa rápida para las fuentes de energía rusas.

Mientras tanto, la tasa de inflación de Alemania aumentó en abril a su ritmo más rápido desde antes de la reunificación del país en 1981. Esto se debe al aumento de los precios de la energía, que a su vez se ha visto exacerbado por la actual crisis ruso-ucraniana. Del mismo modo, con el aumento vertiginoso de las facturas de energía, la tasa de inflación del Reino Unido está aumentando a su ritmo más rápido en 40 años.

A estas alturas ya se puede decir que las sanciones occidentales contra Rusia han fracasado.

Esto significa que Occidente está perdiendo la guerra económica y financiera contra Moscú. Enviar armas a Ucrania tampoco está funcionando.

Esto explica por qué los principales líderes europeos y los propios EE. UU. se hacen eco de las conversaciones sobre un alto el fuego, a pesar de que los mismos jugadores habían señalado su intención de una confrontación de espectro completo recientemente. Incluso el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenski, ha cambiado su tono hasta ahora intransigente: hablando en la televisión nacional, el 21 de mayo, afirmó que “solo la diplomacia puede poner fin a la guerra de Ucrania”.

Como la mayoría de las guerras encabezadas por los Estados Unidos, occidente está perdiendo su guerra de poder contra Rusia en Ucrania, tanto militar como económicamente. Ahora tiene que reabrir los canales diplomáticos. La única otra opción es una guerra nuclear global.

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Redacción Anwo.life