A una banda folclórica sueca se le prohibió actuar en un concierto benéfico para apoyar a Ucrania porque tocan un instrumento musical ruso, y los críticos indignados afirmaron que la balalaika era tan mala como mostrar una esvástica nazi.
Así pues, Södra Bergens Balalaikor, una banda formada por primera vez en 1969, tenía programado tocar en un concierto benéfico para apoyar a Ucrania en la ciudad sueca de Uppsala.
Sin embargo, su aparición fue cancelada después de que los imbéciles que mojaban la cama se quejaran de que la balalaika, un instrumento musical de tres cuerdas con un característico cuerpo triangular de madera, era un “símbolo nacional de Rusia”.
“La gente escribió que la balalaika es un símbolo para Rusia y tocar para Ucrania en una balalaika es un sacrilegio. Lo compararon con una esvástica”, dijo Jonas Nyberg, uno de los miembros de la orquesta, a la emisora sueca SVT.
“Puedes tener algo de simpatía en esta situación porque la gente está molesta y enojada. Pero el argumento se vuelve un poco raro. No somos rusos, simplemente tocamos instrumentos rusos, como lo hemos hecho todos estos años. Nuestros amigos músicos ucranianos tampoco lo entienden”, agregó Nyberg.
Este es solo el último ejemplo de cómo algo remotamente ruso, a pesar de no tener conexión alguna con la decisión de Vladimir Putin de invadir Ucrania, está siendo limpiado culturalmente.
Como destacamos a principios de este mes, la Galería Nacional Británica cambió el nombre de una pintura del siglo XIX del impresionista francés Edgar Degas de “Bailarines rusos” a “Bailarines ucranianos” debido a la “situación actual”.
La Universidad de Milano-Bicocca también intentó cancelar un curso de enseñanza sobre el escritor del siglo XIX Fyodor Dostoevsky.
El pianista prodigio ruso Alexander Malofee también fue expulsado de la Orquesta Sinfónica de Montreal después de las quejas de los ucranianos, mientras que el director titular de la Filarmónica de Múnich, Valery Gergiev, enfrentó una cancelación similar después de no pasar una prueba de pureza ideológica.
A los gatos siberianos también se les prohibió aparecer en competencias internacionales de gatos, mientras que un árbol ruso ganador de un premio también fue despojado de su título.
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Y recuerda… “No asumas NADA, cuestiona TODO”.
Redacción Anwo.life