Sin duda, el 5G conlleva riesgos para la salud. Los médicos, investigadores y científicos lo saben y el público en general es consciente de los peligros que la red móvil de quinta generación representa para los humanos.
Desafortunadamente, no hay forma de evitar la tecnología 5G por completo, ya que están prácticamente en todas partes en la sociedad moderna. Desde teléfonos celulares hasta hornos de microondas, dispositivos y electrodomésticos inteligentes, la exposición a campos electromagnéticos (CEM) y radiación de radiofrecuencia (RF) es inevitable.
Dado que nadie sabe exactamente cuánta onda milimétrica 5G puede soportar el cuerpo frágil sin repercusiones graves, es mejor limitar la exposición a niveles mundiales aceptables.
Incluso la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), que se encargó de regular las comunicaciones interestatales e internacionales por radio, televisión, cable y alambre, admite que no hay estudios de 5G financiados por la agencia en este sentido y que ninguno está planeado.
La falta de materiales de referencia con respecto a los riesgos para la salud relacionados con 5G es terrible. Hasta el 1 de agosto, había más de 35,000 artículos sobre campos electromagnéticos, pero solo siete de ellos son estudios médicos o biológicos. Claramente, la FCC está siendo controlada por la industria de las telecomunicaciones y no tiene prisa por conocer el alcance de los posibles efectos de la 5G, como el melanoma cutáneo y ocular y la esterilidad, ya que alarmaría al público.
Entidades privadas, sin embargo, han tomado la iniciativa de realizar estudios y han destapado algunos hechos preocupantes.
El uso prolongado y frecuente de teléfonos celulares puede causar disfunción mitocondrial y daño del ADN nuclear por los radicales libres.
Asimismo, la exposición excesiva a las redes Wi-Fi se ha relacionado con enfermedades crónicas, como arritmias cardíacas, ansiedad, depresión, autismo, Alzheimer e infertilidad.
Los probables daños a la salud se extienden a plantas, animales
En 2015, más de 230 científicos internacionales apelaron a las Naciones Unidas para obtener protección contra la exposición prolongada a los CEM.
Señalaron que los daños probables no se limitan a los humanos, ya que «hay una creciente evidencia de efectos nocivos para la vida vegetal y animal».
Los efectos, por otro lado, “incluyen aumento del riesgo de cáncer, estrés celular, aumento de radicales libres dañinos, daños genéticos, cambios estructurales y funcionales del sistema reproductivo, déficits de aprendizaje y memoria, trastornos neurológicos e impactos negativos en el bienestar general”.
En septiembre de 2017, más de 180 científicos y médicos de 35 países pidieron una moratoria en 5G “hasta que los peligros potenciales para la salud humana y el medio ambiente hayan sido completamente investigados por científicos independientes de la industria”.
Hicieron hincapié en que «se ha demostrado que RF-EMF es perjudicial para los humanos y el medio ambiente», y que «5G aumentará sustancialmente la exposición a campos electromagnéticos de radiofrecuencia además de 2G, 3G, 4G, Wi-Fi, etc. para telecomunicaciones ya en su lugar”.
Los científicos quieren detener el despliegue de 5G hasta que se investiguen los problemas de salud
Algunos científicos y analistas querían ralentizar el despliegue de 5G o detener su empleo hasta que se resuelvan los problemas de salud.
Individuos preocupados como Martin Bouygues, director ejecutivo de la firma francesa de telecomunicaciones Bouygues, se unió al llamado a los gobiernos para que pospongan las subastas de frecuencias 5G, citando la actual pandemia de coronavirus de Wuhan (COVID-19) y la desconfianza pública en la tecnología.
Países como Bélgica y Suiza respondieron al llamado y están retrasando su despliegue de 5G para crear un sistema para monitorear la radiación. Algunas áreas como Syracuse, Nueva York y New Hampshire tienen medidas de seguridad, mientras que Mill Valley, cerca de San Francisco, prohibió las nuevas celdas inalámbricas 5G.
Desafortunadamente, más áreas aceptaron la línea «5G es seguro» adoptada por la FCC y la Asociación de Internet y Telecomunicaciones Celulares (CTIA), que es la asociación comercial de la industria inalámbrica de los Estados Unidos.
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Redacción Anwo.life