Cuando escuchamos la palabra ingeniería puede que nos imaginemos, entre otras cosas, a hombres con cascos y planos, extravagantes cálculos matemáticos o a genios de la computación como en los vemos en las películas.
Sin embargo, existe otra clase de ingeniería, una tan sutil que incluso puede generar grandes cambios en la población sin que podamos percibirlo: la Ingeniería Social.
¿Qué es la Ingeniería social?
Puede que suene a ciencia-ficción, pero, de hecho, la ingeniería social existe y es usada por muchos, desde hackers hasta los mismos gobiernos y las élites, y es ahí donde comienza unos de los principales cuestionamientos… ¿a qué nos referimos con el término ingeniería social?
El término tiene una historia larga, pero podemos resumirlo diciendo que existen básicamente dos formas de entender este concepto. La primera, tomada del ámbito de la informática, para ser precisos de los hackers; y la segunda, tomada desde la ciencia política.
Para los hackers o gente dedicada a la seguridad informática en general, la ingeniería social es el acto de manipular a una persona a través de técnicas psicológicas y habilidades sociales para cumplir metas específicas que en este ámbito dichas metas se refieren normalmente a la obtención e información o acceso al sistema.
Por el otro lado, la ciencia política ha entendido la ingeniería social como todo programa dedicado a influir en las actitudes, relaciones y acciones de la sociedad de manera que ésta adopte la visión que en cuestión se quiere implantar.
Así pues, la psicología juega un papel importante en ambas concepciones de la ingeniería social, ya que es a partir del uso de técnicas psicológicas que se posibilita la implementación de las mismas.
Técnicas de ingeniería social
Algunas de las técnicas son, de hecho, bastantes sencillas y se fundamentan en conductas que son propias del ser humano ya que tienen una función social y evolutiva que nos predispone a las mismas.
Por ejemplo, aplicado en el ámbito individual como lo hacen los hackers, Kevin Mitnick, experto en el tema, menciona al menos cuatro principios básicos, y de orden psicológico, que hacen proclive un ataque de ingeniería social. Dichos principios son:
- Todos queremos ayudar: es algo cultural y se tiene profundamente enraizado. Ayudar es una de las primeras cosas que se les enseña a los niños, de igual forma, es un principio social tanto en occidente como en oriente.
- El primer movimiento hacia el otro es de confianza: aquí más de uno podría disentir ya que no siempre todas las personas generan la misma confianza y entran en juego muchos factores; sin embargo, en principio es correcto ya que desde pequeños aprendemos a confiar en otros. Es parte de nuestra evolución y naturaleza.
- Evitamos decir “No”: si bien es cierto que no siempre decimos que sí a todo, a una gran mayoría de personas les cuesta decir NO. Todo dependerá de la forma en que se pida la información y los ingenieros sociales son hábiles en buscar dicha forma.
- A todos nos gusta que nos alaben: la búsqueda de reconocimiento existe en la naturaleza humana y ser alabado es una buena forma de satisfacer dicha necesidad. No es de sorprender que esto pueda ser usado para manipular o para que otros nos manipulen.
La teoría conductista y la psicología experimental nos han dado muchas técnicas útiles tanto para modificar como para controlar la conducta, recordando que la definición conductista de la psicología incluye ambos fines.
La Ingeniería Social utilizando la mercadotecnia
No obstante ¿es aplicable a nivel social? La respuesta es sí. No hay que olvidar que la mercadotecnia y publicidad lo hace todo el tiempo. De hecho, la Ingeniería Social –como se entiende en ciencias políticas- surge en el ámbito empresarial con J. C. van Marken y de ahí se extrapoló a las ciencias políticas. La propaganda, la manipulación del lenguaje, el apoyo en voces de autoridad (como políticos, científicos, académicos) son solo algunos de los medios utilizados.
El ser humanocomo ente social, en principio busca no ser diferente, porque ser diferente es ser excluido (necesidad de afiliación). Este hecho psicológico es el que se usa fundamentalmente para atomizar una sociedad en grupos más controlables y a su vez más manipulables. Stanley Milgram, por ejemplo, demostró con su experimento lo manipulable que son las personas que por parte de alguien con “autoridad” al lograr hacer que durante el experimento se les ordenará a los participantes aumentar la potencia en el impulso eléctrico que usaban para indicar un error a un actor al cual no veían, pero escuchaban sus gritos.
Por otro lado, Solomon Asch demostró que la influencia de los otros puede llevar a las personas a actuar por sobre su propia opinión y valores mientras que, Philip Zimbardo, reveló como la adopción de roles cambia el comportamiento de las personas. También se sabe que al manipular el lenguaje se manipula la percepción que se tiene sobre un fenómeno X (como se realiza en la terapia cognitivo-conductual). Si esto lo repiten los medios una y otra vez, se hace más fácil la aceptación de dicho fenómeno por parte de las masas.
Estos son solo algunos ejemplos de experimentos que fundamentan las técnicas de ingeniería social a escala masiva por parte de instituciones, organismos no gubernamentales, partidos políticos y gobiernos. La propaganda juega un papel importante en el desarrollo de la ingeniería social recordando que es con el conocimiento del ser humano, sus tendencias, sus deseos, sus necesidades, sus mecanismos psíquicos, sus automatismos, así como el conocimiento de la psicología social y la psicología analítica que la propaganda refina sus técnicas.
Ahora bien ¿es negativa la ingeniería social?
Desde un punto de vista, la respuesta sería un no. Al menos no en sí misma. Si bien es cierto que la ingeniería social ha sido usada para implementar una agenda que impone una visión específica del mundo (tanto en sistemas totalitarios como democráticos), también es cierto que se puede utilizar para resolver problemas reales, es decir, se puede usar para un bien más allá de mezquindades políticas, económicas o ideológicas.
Si las técnicas de ingeniería social se pueden usar para acabar una relación u obtener información privada o imponer un punto de vista, una nueva ley antes contraria al sentir popular o establecer un Nuevo Orden Mundial… ¿por qué no podría usarse para lo contrario?
Al respecto, el filósofo Karl Popper, opinaba que de hecho esa era la manera correcta de usarla. Para él, lo propio de la ingeniería social era el resolver los problemas sociales en forma análoga a como un ingeniero hace para que exista mayor producción. Por otro lado, se diferencia entre la ingeniería social las sociedades democráticas de las totalitarias. En las sociedades democráticas, la solución es consensuada y gradual recibiendo así más apoyo. Por el contrario, en las sociedades totalitarias lo que se quiere es resolver todos los males mediante la imposición de un ideal.
En conclusión, tanto la psicología como otras disciplinas involucradas tienen mucho que ofrecer y si bien es cierto que la ingeniería social suele tenérsele en un concepto negativo, también es cierto que es necesaria para resolver muchas problemáticas tanto a nivel individual como a nivel social por lo que es importante la formación en este aspecto.
Noam Chomsky menciona algunas técnicas de manipulación entre las que se encuentran la estrategia de la gradualidad, usar el aspecto emocional en los argumentos, crear problemas y luego ofrecer soluciones, reforzar la auto-culpabilidad, la estrategia de diferir una decisión entre otras. Ejemplos de su uso a lo largo de la historia han sido los gobiernos totalitarios (nazismo, fascismo, comunismo, por ejemplo) pero igual en las democracias se da y con mayor facilidad.
*Si te gusta esta información y te ha sido de utilidad, ayúdanos a difundirla para que más personas tengan la oportunidad de conocerla.
Y recuerda… «No asumas NADA, cuestiona TODO».
Redacción Anwo.life