¿Pudo el Estado judío establecerse en África o Argentina? Tal vez.
La Declaración Balfour es un documento que cambió la historia de Medio Oriente para siempre y que desencadenó uno de los conflictos más difíciles de resolver de los tiempos modernos.
La Declaración Balfour fue el documento en el que por primera vez el gobierno británico respaldó el establecimiento de “un hogar nacional para el pueblo judío” en Palestina.
Sin embargo, antes de esa declaración, se debatieron otras opciones territoriales para establecer un futuro Estado judío. La Declaración Balfour fue hecha a través de una carta enviada por el ministro de Exteriores británico, Arthur Balfour, al barón Lionel Walter Rothschild, un líder de la comunidad judía en Gran Bretaña.
La idea de establecer “un hogar para el pueblo judío” parte del 1er Congreso Sionista celebrado en Basilea en 1897, afirma José Antonio Lisbona, historiador y experto en Historia del Judaísmo Contemporáneo. En ese primer momento, había una línea dentro de los pensadores judíos que considera que lo importante era tener un Estado para que dejaran de ser perseguidos.
Otros, en cambio, son defensores desde el primer momento de establecer ese futuro Estado en Palestina, argumentado los vínculos históricos del pueblo judío con ese territorio.
Pero a fines del siglo XIX, época en la que ese territorio estaba bajo dominio del Imperio Otomano, la tarea parecía imposible.
Quizá por eso, sobre la mesa también se barajaron otras posibilidades, al menos como un “hogar nacional” provisional para el pueblo judío.
El plan Uganda
Así se conoce el que fue, según Lisbona, el “único plan oficial y serio” para establecer un Estado judío en un territorio que no fuera Palestina.
Según este historiador, se trató de un plan oficial porque fue el propio gobierno de Reino Unido el que ofreció en 1903 otorgar una parte del antiguo territorio británico en África Oriental al pueblo judío como patria.
Aunque se le conoce como plan Uganda, en realidad la oferta de territorio también contemplaba parte del de Kenia.
Fue ofrecido por el propio Balfour a Jaim Weizmann, quien se convertiría después en el presidente de Israel y en ese entonces era presidente de la Agencia Judía, y al padre de la teoría sionista, Theodor Herzl.
El propio Herzl, autor del libro “Der Judenstaat” (El Estado Judío, 1896) y considerado el padre del Estado de Israel, planteó la idea en el Sexto Congreso Sionista celebrado en Basilea, Suiza, en 1903.
El sionismo era un movimiento que abogaba por la creación del Estado para los judíos en el territorio palestino, por lo que la idea de que ese Estado se creara en un lugar diferente generó numerosos debates dentro de la organización sionista, explicó Lisbona.
Finalmente, dicha posibilidad, el plan Uganda, fue rechazada en 1905, cuando ganó la opción de que el territorio para el futuro Estado judío fuera en Palestina.
¿Palestina o Argentina?
La opción de Argentina también apareció en varios textos y fue una corriente defendida por algunos líderes judíos, aunque Lisbona considera que “fue más bien una entelequia”.
El propio Herzl considera Argentina como una posibilidad para un asentamiento masivo de judíos en una parte de su libro “Der Judenstaat”, bajo el epígrafe “¿Palestina o Argentina?”, en el que hace referencia al país sudamericano como “uno de los más fértiles de la tierra, de inmensa superficie, población escasa y clima templado”.
Leon Pinsker, autor de “Autoemancipación” (1882), considerado un texto fundacional del sionismo y que sirvió de inspiración a Herzl para su “Estado judío”, fue un defensor de la opción argentina, al igual que Maurice de Hirsch, uno de los impulsores de las colonias judías en América.
Argentina, al igual que Uganda, ofrece una clara ventaja: un vasto territorio vacío, en el que no había que expulsar a ningún pueblo ya establecido.
Ese era uno de los principales inconvenientes de la opción Palestina: ya había una población árabe establecida.
“De 1893 a 1921 hubo emigraciones importantes de judíos de Polonia, Ucrania y Rusia a Argentina”, explica Lisbona, “pero no hubo ninguna oferta oficial por parte del gobierno argentino, como sí hubo en el caso de la Declaración Balfour por parte de Reino Unido, que sí tenía algún derecho geoestratégico una vez que expulsa a los turcos de lo que sería Palestina”.
¿Un Estado judío en Siberia?
Aunque fue una opción posterior a la Declaración Balfour, algunos consideran que el precedente del Estado judío se encuentra en los límites de Siberia.
Los dirigentes de la antigua URSS entregaron una región a cada una de las naciones que la conformaban, y así, en 1934 se creó la Región Judía Autónoma de Birobidzhan, situada en la frontera entre Rusia y China.
Aunque miles de judíos se establecieron allí, y la lengua oficial era el yiddish, la idea de crear en este lugar el Estado judío no prosperó, ya que el sionismo era la corriente principal, y Palestina, su objetivo.
En la segunda mitad de los años 30, los líderes judíos de Birobidzhan fueron víctimas de las purgas de Joseph Stalin.
10 propuestas de Hefter fuera de Palestina
Joseph Otmar Hefter, creador de Nai Judá (Nueva Judea), fue defensor de crear un hogar en forma de Estado para el pueblo judío en el continente americano.
En un panfleto de 1938, Hefter manifiesta su rechazo al movimiento sionista, y defiende la creación de un Estado judío en el continente americano.
Hefter publicó un mapa con 10 propuestas de “hogar” para el pueblo judío, entre ellas una opción en un territorio entre la Guyana Británica, Venezuela y Brasil y otra entre Brasil y Paraguay.
También propuso Birobidzhan, Australia, Alaska, Canadá, una parte de Egipto, parte de la África Oriental o el sudeste de Asia como un posible Estado para el pueblo judío.
Sin embargo, una vez que se impuso la corriente sionista, ningún otro lugar rivalizó en términos reales con el territorio palestino para ser el hogar del futuro Estado judío.
Tras la derrota del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial, la Declaración Balfour fue respaldada por las potencias aliadas e incluida en el Mandato Británico sobre Palestina, aprobado por la Liga de las Naciones (organismo que antecedió a la ONU) en julio de 1922, mediante el cual Reino Unido quedaba formalmente encargado de la administración de esos territorios.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, y tras el Holocausto, la presión por establecer un Estado judío aumentó.
El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General aprobó un plan para la partición de Palestina, que recomendaba la creación de un Estado árabe independiente y uno judío y un régimen especial para la ciudad de Jerusalén.
El plan fue aceptado por los israelíes, pero no por los árabes, que lo veían como una pérdida de su territorio. Por eso nunca se implementó.
Pero un día antes de que expirara el Mandato Británico de Palestina, el 14 de mayo de 1948, la Agencia Judía para Israel, representante de los judíos durante el Mandato, declaró la independencia del Estado de Israel.
Ahí comenzó el largo conflicto entre israelíes y palestinos que llega hasta nuestros días.
Si quieres conocer la historia del Estado Judío, desde el punto de vista de los sionistas, puedes ver el siguiente video, que, dicho sea de paso, dista mucho de la verdad histórica. Al fin y al cabo, pura “propaganda sionista”.
*Con información de la BBC
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Redacción Anwo.life
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