Uno de los acontecimientos contraculturales más influyentes en la sociedad de la segunda mitad del siglo XX fue el movimiento hippie protagonizado por los hijos de aquella generación condicionada por verse inmersa en la 2ª Guerra Mundial y algunas dictaduras europeas.
Aquellos jóvenes caracterizados por una estética desaliñada con atuendos donde abundaban las flores (power flower) que se complementaba con un comportamiento social antibelicista, contra la guerra de Vietnam, por ejemplo, proclamando la paz y el amor libre, supuso una brutal ruptura generacional que fue derivando hacia el consumo de drogas químicas, como el LSD, provocando muchas muertes en el camino.
El propósito de este artículo es delatar la presencia de la mano detrás de todo aquello que la población considera natural o espontáneo. Así pues, el gran trabajo de ingeniería social realizado en esta época tiene como fundamento clave personajes e instituciones que llevaron a cabo la base del control de masas que, al día de hoy, está más que implantado.
Entre estos personajes e instituciones se encuentran los siguientes:
- CIA (dirigida por Caballeros de Malta bajo las órdenes de Jesuitas-Vaticano)
- Theodor Adorno (vínculos con Escuela de Frankfurt y Tavistock, controlador de The Beatles)
- Prince Rupert Loewenstein (Caballero de Malta controlador de The Rolling Stones)
- Alan Trist (ligado a Tavistock y controlador de The Grateful Dead)
- The Beatles, The Rolling Stones, The Grateful Dead
- Laurel Canyon / Sunset Strip: Jim Morrison (The Doors), Stephen Still y David Crosby (CSNY), John Phillips (Mamas ande The Papas), Frank Zappa, Gerry Beckley, Dan Peek y Dewey Bunnell (América), Jackson Browne, entre otros.
- Timothy Leary, el gurú impulsor del consumo de LSD, formado y acogido por los jesuitas señalado por el presidente Nixon como el tipo más peligroso de los Estados Unidos en aquella década.
“El hecho de que la música y letras de The Beatles fueron escritas por Thodor Adorno es algo que se ocultó a la vista del público“.
John Coleman, ex agente del MI6
En primera instancia tenemos que saber que la banda The Rolling Stones estaba controlada por un miembro de la Orden de Malta (el brazo militar del Vaticano) llamado Prince Rupert Loewenstein, quien patrocinó el álbum “Sympathy for the Devil” en 1968. Este príncipe era también un miembro de la muy poderosa Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge.
Toda la revolución musical de la época se hizo por diseño, todo a través de la planificación del control mental, la manipulación del pensamiento de la generación Baby Boomer (Doomer), el lenguaje y el control del comportamiento de las masas.
Por otro lado, es interesante observar que el Instituto Tavistock de relación humana y el Instituto de Investigación de Stanford desarrollaron al grupo musical The Grateful Dead, entre muchos otros proyectos.
Alan Trist, un ingeniero social del Instituto Tavistock, se convirtió en el director “entre las sombras” de los Grateful Dead. Su padre, Eric Trist, fue uno de los miembros fundadores principales de Tavistock.
Esto era parte del desarrollo de un modelo de guerra psicológica dinámica para ser usada en poblaciones extranjeras y dentro de Estados Unidos, creadas inicialmente en el Lord Gordon Riots de Londres y en el Terror Jacobino de la Revolución francesa. El objetivo era movilizar a las multitudes en oposición ideológica al estado, como una operación de desestabilización masiva.
La rebelión contra la sociedad (“deja que tu cabello crezca más”) se popularizó al momento en que millones de fichas de LSD aparecieron en la escena hippie desde los laboratorios de la CIA y la promoción proporcionada por esta institución a través del activo de Harvard, Timothy Leary, y la popularidad de los gustos de los Grateful Dead.
Los hombres detrás de los centros e instituciones de investigación, cuyos nombres y rostros todavía no se conocen, se aseguraron de que la prensa hiciera su parte. Así pues, el importante papel de los medios de comunicación, de no exponer el poder detrás de los futuros choques culturales, aseguró de que el origen del movimiento hippie nunca fuera identificado.
Es por muchos ya conocido que la sociedad se vuelve loca cuando se exacerban los choques psicológicos y el estrés. El concepto “Driven mad”, es tomado del manual de capacitación de Tavistock para ejemplificar las conductas disruptivas de la sociedad. Desde sus modestos inicios en 1921, Tavistock estaba listo en 1966 para poner en marcha una importante e irreversible revolución cultural en América, la cual hasta el momento sigue vigente. La conspiración de Acuario es parte de ella.
Los Beatles (los niños buenos) y los Stones (los niños malos, simpatizantes del diablo) eran dos caras de una misma moneda que fue acuñada por el Instituto Tavistock para introducir a la nueva generación a un nuevo lenguaje y a una nueva formación cultural en torno a supuestas libertades: el consumo de drogas y convertirse en un individuo de “contra-cultura”.
Sin embargo, todo esto fue fabricado. Las letras de los Beatles, las portadas de los álbumes de los Rolling Stones, sus manager, etc., fueron todas creaciones del Instituto Tavistock.
El Instituto Tavistock y sus afines

Para comenzar a entender este gran proyecto de manipulación de masas a través de la música de mediados del siglo XX, es indispensable tener una noción de qué es y a qué se dedica el Instituto Tavistock.
El Instituto Tavistock, fundado en Londres en 1946 con la ayuda de una beca de la Fundación Rockefeller, es una organización sin fines de lucro para el laboratorio de ideas, la política y organización de consultorías.
Tres elementos se combinan para hacer de este Instituto, no sólo algo inusual, sino único:
- Tiene completa independencia al estar totalmente auto-financiado, es decir, no recibe subsidios del gobierno o de otras fuentes.
- La orientación de la investigación y acciones se impone al mundo académico y de consultoría a nivel mundial.
- Su gama de disciplinas es la antropología, la economía, el comportamiento organizacional, la ciencia política, el psicoanálisis, la psicología y la sociología.
El trabajo del Instituto Tavistock, se centra en la ciencia del comportamiento a lo largo de las líneas freudianas para “controlar” a los seres humanos y a lo largo del tiempo se ha consolidado como el “centro mundial de la ideología”.
Hoy en día el Instituto Tavistock opera una red de “fundaciones” en los Estados Unidos que le aportan anualmente alrededor de 6 mil millones de dólares, dinero proveniente, claro está, de los contribuyentes estadounidenses.
10 grandes instituciones están bajo su control directo, con 400 subsidiarias y otros 3000 grupos de estudio y reflexión donde se originan muchos tipos de programas para aumentar el control del orden mundial sobre el pueblo estadounidense.
Por su parte, el Instituto de Investigación de Stanford, contiguo a la Institución Hoover, opera con 150 millones de dólares al año y con 3,300 empleados. Lleva a cabo la vigilancia del programa de Bechtel, Kaiser, y otras 400 empresas, y extensas operaciones de inteligencia para la CIA. Es la institución más grande en la costa oeste norteamericana para promover el control de la mente y las ciencias de la conducta.
Uno de los principales organismos encargado de recibir las instrucciones secretas de Tavistock es la Fundación Ditchley, fundada en 1957. La rama americana de la Fundación Ditchley está dirigida por Cyrus Vance, ex secretario de Estado y director de la Fundación Rockefeller, y Winston Lord, presidente del Consejo de Relaciones Exteriores de Ditchley.
Ellos han controlado y manipulado, y aquí es donde empezamos con los “cortos circuitos”, lo que pensamos, la música que oímos y las ideas culturales con las cuales las últimas generaciones se han identificado.
Así pues, Theodor Adorno, a quien ya hemos mencionado en líneas anteriores, fue quien innovó al incursionar en el campo de las bandas de rock creadas por el proyecto MK Ultra de Tavistock MK, y comenzó a escribir música simple y de mal gusto para probar sus conceptos. Lo sorprendente de este hecho, es lo fácil que fue para Adorno programar a la gente con mensajes cronometrados y repetidos en la música.
Al igual que The Beatles, los Rolling Stones se crean a partir de la misma fuente y con el mismo propósito. Los Rolling Stones, o, mejor dicho, quienes los manejaban, eran expertos crear “riffs”, es decir, una frase musical que se repite una y otra vez (como en “Satisfacción”, “Jumping Jack Flash”, etc.).
Estos riffs de repetición disparan la mente y hacen que uno sea receptivo a cualquier sub-mensaje que se desee transmitir a la mente del oyente. En el caso de los Rolling Stones tenemos mensajes satánicos en sus letras, y que hemos repetido una y otra vez a través de los años. Un ejemplo reciente es el álbum “Bridge to Babylon”.
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Y recuerda… “No asumas NADA, cuestiona TODO”.
Redacción Anwo.life