Un participante en el ensayo de la vacuna COVID-19 de AstraZeneca en la India afirma que tuvo una reacción adversa después de recibir una inyección de la vacuna contra el coronavirus que se encuentra en una etapa avanzada de prueba, lo anterior, se suma a una lista de problemas recientes y acciones legales respecto al trabajo de inmunización experimental de la farmacéutica británica.
El Consejo Indio de Investigación Médica (ICMR), el regulador de investigación médica de la India, está ayudando en una investigación sobre la acusación del participante, pero afirma que actualmente «no hay un motivo inmediato de preocupación», ni tampoco hay planes para detener las acciones legales en contra de la farmacéutica.
El participante del ensayo de 40 años, quien recibió las inyecciones de la vacuna el 1 de octubre en un sitio de ensayo en Chennai, India, dijo que experimentó efectos secundarios «neurológicos y psicológicos» agudos después de recibir la vacuna y busca obtener 50 millones de rupias, alrededor de 676,000 dólares en compensación. El hombre también pidió que se «detengan de inmediato» las pruebas, fabricación y distribución de la vacuna AstraZeneca.
Según el Serum Institute of India, el fabricante de vacunas que realiza los ensayos de la vacuna AstraZeneca en India, en un comunicado al Economic Times de India, afirma que no existe «absolutamente ninguna correlación» entre la condición del hombre y el ensayo de la vacuna. Calificó las acusaciones del hombre como «maliciosas y mal concebidas» y dijo que buscaría alrededor de $13.5 millones en daños por las acusaciones. Todo esto de que el Serum Institute ya ha producido millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca.
El ICMR, el Serum Institute, AstraZeneca, y el Grupo de Vacunas de Oxford, que desarrolló la vacuna con AstraZeneca, no respondieron a la revista Fortune las solicitudes de comentarios al respecto.
Asimismo, es importante mencionar que AstraZeneca experimentó un contratiempo en la última etapa del ensayo en septiembre cuando detuvo los ensayos clínicos en todo el mundo debido a una sospecha de reacción adversa en un participante del ensayo con sede en el Reino Unido.
Los ensayos de la vacuna en el Reino Unido se reanudaron el 12 de septiembre, cuatro días después de la suspensión, tras la confirmación de los revisores de seguridad de que era seguro hacerlo; el Serum Institute recibió la aprobación para reanudar los ensayos el 16 de septiembre.
Las acusaciones de los participantes del ensayo de la India siguen a las críticas de la semana pasada a AstraZeneca por una aparente falta de transparencia en el análisis del ensayo clínico.
El 23 de noviembre, AstraZeneca anunció que un análisis temprano de los datos de su ensayo clínico en etapa tardía mostró que su candidata a vacuna COVID-19 tenía una efectividad del 62% o del 90%, dependiendo de cómo se administraron las dosis a los participantes. El anuncio de AstraZeneca siguió a los resultados del ensayo de la vacuna COVID-19 de Pfizer y Moderna, que, supuestamente, las tasas de eficacia son del 90% o más.
Los resultados de AstraZeneca fueron ampliamente considerados positivos y prometedores, especialmente porque sus insumos son relativamente baratos y fáciles de producir ya que una gran parte de sus dosis está programada para países de bajos ingresos. También es más fácil de transportar y almacenar que las vacunas de Pfizer y Moderna porque no requiere temperaturas de almacenamiento tan bajas.
Sin embargo, el 23 de noviembre, AstraZeneca y Oxford fueron criticados por omitir inicialmente cierta información sobre los resultados del ensayo, incluido que la tasa de eficacia del 90% se descubrió por error, cuando los investigadores administraron involuntariamente a un grupo de participantes la mitad de una dosis de la vacuna en lugar de la dosis completa. AstraZeneca defendió sus resultados y métodos, diciendo que utilizó los «más altos estándares» y que realizaría análisis adicionales.