Ahora que la mayoría de las personas están agotadas con la narrativa plandémica del Covid-19, los poderes fácticos están cambiando el enfoque a la siguiente fase de su agenda de despoblación: animales y plantas.
Según nos dicen los medios de comunicación, ahora hay un brote de “gripe aviar“ que afecta a varios estados estadounidenses, así como a otros países. Se nos dice que un nuevo virus aviar está infectando pollos y pavos, lo que requiere que sus cuerpos y huevos sean destruidos.
La inflación se dispara mientras la cadena de suministro se derrumba, y ahora las autoridades están sacrificando convenientemente millones de animales destinados a la alimentación. Desde enero, más de 15 millones de pollos y 1.3 millones de pavos han sido sacrificados solo en los Estados Unidos.
El gobierno está utilizando las mismas pruebas de PCR fraudulentas implementadas durante la pandemia COVID para pruebas en humanos para “diagnosticar” la presencia de gripe aviar en las aves de corral. El resultado es un montón de resultados de pruebas “positivos” que son seguidos por la matanza masiva de animales destinados al consumo humano.
“Estas matanzas masivas de aves de corral han dado lugar a advertencias de escasez inminente de huevos y otros productos en una serie de países, incluidos Alemania, Australia y el Reino Unido”, informa el Daily Exposé.
También se dice que se está propagando otra “enfermedad misteriosa”, también entre la vida silvestre. En al menos seis estados de EE. UU. el año pasado, las aves han estado muriendo en grandes cantidades. En Inglaterra, Italia, México y España también se han visto pájaros cayendo del cielo.
También se está realizando una campaña de pruebas masivas en varios estados de EE. UU., donde las autoridades buscan COVID en animales salvajes como los ciervos. La Comisión de Recursos de Vida Silvestre de Carolina del Norte, por ejemplo, afirma que identificó la presencia de COVID en venados de cola blanca, a pesar de que los animales no mostraban síntomas.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. apoyan plenamente las pruebas de COVID en animales salvajes. De hecho, la agencia ahora afirma que es “crítico” para las autoridades y agencias de salud rastrear la propagación del COVID en la naturaleza.
Se afirma que nuevas “variantes” más allá de Omicron podrían estar propagándose en no humanos, y que depende del estado encontrarlas y erradicarlas. ¿Significa esto que los animales deberán comenzar a usar una máscara?
Algo también está propagando “enfermedades misteriosas” entre insectos e incluso plantas. Tanto los pesticidas como las luces LED se han relacionado con el fenómeno, ya que ambos crean estrés radiactivo que causa daños a la vida.
“El daño a los árboles en las cercanías de las torres de telefonía 5G se está generalizando, lo cual no es una sorpresa dado que muchos estudios han demostrado cómo la exposición a la radiación electromagnética provoca cambios fisiológicos y morfológicos en las plantas”, agrega Exposé.
“De hecho, lo que estamos presenciando actualmente es un colapso mundial de muchos ecosistemas, y esto no es simplemente un efecto secundario desafortunado de la contaminación, el uso excesivo de pesticidas y las nuevas tecnologías de alumbrado público, sino parte de un plan orquestado para reducir la biodiversidad en el planeta. y hacer del mundo un lugar más controlable y homogéneo”.
Pronto no habrá más vida en el planeta si las cosas continúan en la trayectoria actual. Cuanto más “avanza” la tecnología, más inhóspito se vuelve el planeta para los seres vivos, sin importar su forma.
El objetivo es reemplazar todo lo real con todo lo falso. Y parece que esta agenda está recibiendo un gran impulso por la vía rápida con la historia de portada de la guerra en Ucrania, que está desencadenando la fase dos de la pandemia global.“En el futuro, veremos más y más agricultores expulsados de la tierra a través de bancarrotas orquestadas o guerra climática”, advierte Esposé.
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Redacción Anwo.life
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En la década de 1970, Estados Unidos y gran parte del mundo occidental se enfrentaban a una crisis económica estancada. Nixon eliminó por completo el estándar oro del dólar en 1971 con la ayuda de la Reserva Federal (o tal vez bajo la dirección de la Fed), lo que finalmente aumentó las presiones inflacionarias. El auge de la posguerra en Europa llegó a su fin abruptamente, mientras que los precios de los bienes (y del petróleo/gasolina) en Estados Unidos se dispararon hasta 1981-1982, cuando la Reserva Federal aumentó drásticamente las tasas de interés hasta alcanzar alrededor del 20% y provocó una recesión intencional.
Gobiernos de todo el mundo intentaron controlar al público mediante la imposición de la vacunación masiva y pasaportes de vacunas en el apogeo de la pandemia del coronavirus de Wuhan (COVID-19).
Qué es peor para el medio ambiente: ¿freír unos aros de cebolla congelados o beber leche de coco? ¿comer un bistec o un kiwi? ¿ponerle a la ensalada lechuga o maíz? Conocer con detalle el impacto del consumo de alimentos es a menudo complicado. Aunque sabemos que el veganismo es una forma de reducir moderadamente la huella de carbono de una dieta, no todo es blanco o negro. El transporte, por ejemplo, contribuye con alrededor del 10% de las emisiones totales de la mayoría de los alimentos, para la carne de vacuno suele ser inferior al 1%.