Este artículo, pretende estudiar las raíces del gran proyecto de Islamofobia en el mundo, además de analizar lo que de verdad enseña esta religión divina respetada por más de 1,200 millones de personas.
Hoy día cuando prendemos la televisión, nos metemos en Internet o cuando queremos leer el periódico, normalmente nos encontramos con titulares de cómo islamistas, facciones islámicas y milicias islámicas, entre otros, han amenazado con un atentado o han reivindicado la autoría de un atentado. En una palabra, el islam y sus seguidores amenazan el mundo.
Detrás del proyecto de Islamofobia
El inicio de este gran proyecto se remonta a la década de los ochenta. Tal como la exsecretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, confesó durante una entrevista concedida a Fox News hace algunos años, el surgimiento de grupos radicales que se atribuyen al islam de la siguiente manera:
“Cuando la Unión Soviética invadió Afganistán, tuvimos esta brillante idea de ir a Paquistán y crear una fuerza de muyahidines o milicianos, los equipamos, les dimos misiles y todo lo demás, para que se enfrentaran a los soviéticos en Afganistán, tuvimos éxito.
Los soviéticos se retiraron de Afganistán y dejamos a estos milicianos fanáticos entrenados y bien armados en Afganistán y Paquistán”.
De esta forma, se creó uno de los grupos más peligrosos con lemas islámicos, es decir, Al Qaeda. De hecho, EE.UU., que no quería enfrentarse directamente con la Unión Soviética en el país asiático, intentó crear unos grupos formados por radicales y salafistas que pudieran satisfacer sus intereses en la región. De este modo este organismo terrorista empezó su labor, a finales de la década setenta, de entrenar, apoyar y equipar a los muyahidines árabes para luchar contra los soviéticos. Este grupo cumplió exitosamente con la misión y logró hacer retirar el Ejército Rojo soviético de Afganistán. Pero esto no fue el fin del trabajo de estos militantes, sino que la victoria de este plan motivó a los occidentales dejar que este grupo se quedara permanentemente en la región para utilizarlo en el marco de los intereses del Occidente.
Por lo tanto, pese a que la mayoría de los miembros de este grupo habían regresado a sus países tras la retirada de la Unión Soviética de Afganistán, Osama Bin Laden, el terrorista saudí, con el apoyo financiero y logístico recibido por la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA), Arabia Saudí y Paquistán fundó de manera oficial a Al Qaeda en 1998. Desde entonces, este grupo radical, para tachar la imagen del islam e intervenir Occidente, atribuye los crímenes y delitos al islam y a los musulmanes en general para de este modo presentar una imagen hostil del islam y mostrar a sus seguidores como terroristas que buscan impedir el desarrollo del medio oriente.
Años después, ocurrió una gran tragedia en EE.UU. que incluso empeoró la situación aún más contra los musulmanes. El 11 de septiembre de 2001, un grupo de terroristas atacó las Torres Gemelas en Nueva York matando a unas 3 mil personas. El mismo día, el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, calificó el acto de terrorista y lo atribuyó a los radicales musulmanes, por lo que consiguió convencer a sus colegas de llevar a cabo la invasión a Afganistán.
A partir de entonces, comenzó la campaña contra los musulmanes y se hicieron muchos esfuerzos por dañar la imagen de esta religión y dejar mal a los musulmanes ante la opinión pública mundial. Se crearon una gran cantidad de grupos terroristas, según ellos mismos, islámicos. Cada día, los boletines informativos de los gigantescos medios de comunicación occidentales se abrían con un título relacionado a los grupos musulmanes, utilizando adjetivos como radicales, fundamentalistas, extremistas, yihadistas y repetían tantas veces estos adjetivos para que todos los consideren como algo inseparable del islam. Los noticieros diariamente hablaban de las atrocidades de diferentes grupos terroristas como el Talibán, BokoHaram, Al Qaeda, Dáesh, Frente Al Nusra, entre otros, con un énfasis especial en que son organizaciones islámicas.
La verdadera versión del islam
La palabra árabe islam significa “sumisión a la voluntad de Dios”. Esta palabra tiene la misma raíz que la palabra árabe “salam”, que significa “paz”. Como tal, la religión islámica enseña los medios para alcanzar la paz verdadera en el sentido terrenal y espiritual, abandonándonos a la voluntad de Dios y viviendo de acuerdo a sus leyes divinas reveladas. La verdad más importante que Dios ha revelado a la humanidad es que nada ni nadie tiene derecho a ser adorado excepto Él, Dios, el Todopoderoso, y todas las alabanzas de la humanidad son debidas a Él.
La palabra musulmán tiene la misma raíz, y significa “aquél que se entrega a la voluntad de Dios”, sin importar su raza, nacionalidad u origen étnico. Además, hay que valorar que las reglas del islam se derivan del sagrado Corán y exactamente todas las aleyas de este libro invitan a los seguidores de esa religión a la paz, convivencia y respeto a otras religiones. Asimismo, el libro menciona a todos los profetas anteriores y tiene muchos “suras” (versículos o capítulos del Corán) con sus nombres. No obstante, algunos grupos por intereses al fondo de sus actividades están mal interpretando o mejor dicho interpretan a su favor las reglas del islam en contra de esta religión, por lo que, no podemos decir que por mala actuación de algunos grupos tachemos la imagen del islam y la de más de 1,200 millones de personas a lo largo y ancho del mundo.
Con todo lo expuesto, hay que plantear que una religión no puede ser una amenaza para el mundo, pero lo que sí puede ser, son las ideologías extremistas y los pensamientos radicales, implantados en mentes débiles o sin esperanza que, con el tiempo y al servicio de bandas criminales, pueden constituir grandes peligros para la humanidad. Ejemplos hay muchos, Adolf Hitler o Joseph Stalin son sólo algunos quienes con sus ideologías aniquilaron a millones de personas.
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Y recuerda… «No asumas NADA, cuestiona TODO».
Redacción Anwo.life