Las revelaciones publicadas en las redes sociales dejan en claro, nuevamente, por qué cada vez menos estadounidenses confían en las grandes farmacéuticas y otras corporaciones médicas.
Un usuario de Twitter publicó una copia del contrato. Pfizer, que fabrica una de las tres vacunas COVID-19 junto con Moderna y Johnson & Johnson, requiere que los gobiernos firmen quién compra el tratamiento aún experimental. Según extractos, no hay forma de que la compañía farmacéutica pierda, incluso si su vacuna es peligrosa, ineficaz o contraproducente de alguna manera.
Estos son los detalles, según un usuario de Twitter llamado Ehden, que comienza un largo hilo de esta manera: “Pfizer ha sido extremadamente agresivo al tratar de proteger los detalles de sus acuerdos internacionales de vacuna COVID19”.
“Estos acuerdos son confidenciales, pero afortunadamente un país no protegió el documento del contrato lo suficientemente bien, así que me las arreglé para conseguir una copia. Como verá, hay una buena razón por la que Pfizer estaba luchando por ocultar los detalles de estos contratos”, escribe Ehden.
Estos son los aspectos más destacados:
– El contrato cubre contra la fabricación de vacunas para la cepa COVID-19 original, pero también sus mutaciones. Además, cubre “cualquier dispositivo, tecnología o producto utilizado en la administración o para mejorar el uso o efecto de dicha vacuna”.
– La razón por la que los gobiernos (incluido el gobierno de los EE. UU., Sin duda) estaban minimizando y suprimiendo otros tratamientos que no eran vacunas para COVID es porque el contrato no les permite retirarse incluso si se encuentra un tratamiento más efectivo que la vacuna Pfizer.
– Pfizer tampoco se hace responsable de los retrasos en las entregas o entregas perdidas. “Pfizer no tendrá ninguna responsabilidad por el incumplimiento de la entrega de dosis de acuerdo con las fechas de entrega estimadas, ni dicho incumplimiento otorgará al Comprador ningún derecho a cancelar pedidos de cualquier cantidad de Producto”, establece el contrato.
Y para enfatizar, el contrato establece claramente: “Por la presente, el Comprador renuncia a todos los derechos y recursos que pueda tener por ley, en equidad o de otro modo, que surjan de o se relacionen con cualquier falla por parte de Pfizer en la entrega de las Dosis Contratadas de acuerdo con el Calendario de entregas”.
– Una vez compradas, las vacunas no se pueden devolver: “Pfizer no aceptará, en ninguna circunstancia, devoluciones de Producto (o dosis), no se pueden realizar devoluciones de Producto bajo ninguna circunstancia”, dice el contrato.
– También está el costo. Al gobierno de EE.UU., y probablemente a los israelíes, especula Ehden, se les cobró 19.50 dólares por dosis de vacuna, aunque a otros países solo se les cobró 12 dólares. Además, Pfizer aseguró que tiene garantizado su dinero y que los gobiernos no pueden retener ni intentar acreditar fondos para las vacunas.
– No importa si las vacunas son efectivas a corto o largo plazo tampoco. “El comprador reconoce … los efectos a largo plazo y la eficacia de la vacuna no se conocen actualmente y que puede haber efectos adversos de la vacuna que no se conocen actualmente”, dice el contrato.
– Todas las ventas también son prácticamente definitivas, al igual que la excepción del contrato. “Hay cláusulas sobre la posibilidad de rescisión, pero, de hecho, como vio hasta ahora, el comprador no tiene casi nada que pueda considerarse una infracción material, mientras que Pfizer puede hacerlo fácilmente si no recibe su dinero o si lo considera”, Escribe Ehden.– Y, por supuesto, nadie puede responsabilizar a Pfizer por nada relacionado con su vacuna COVID.“El comprador debe brindar protección a Pfizer contra la responsabilidad por reclamos y todas las pérdidas, debe implementarla a través de requisitos legales o reglamentarios, y la suficiencia de dichos esfuerzos quedará a la entera discreción de Pfizer”, establece el contrato.
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Y recuerda… “No asumas NADA, cuestiona TODO”.
Redacción Anwo.life