Bill Gates ha sido perseguido durante años por acusaciones de que es un firme partidario de la despoblación. A pesar de ser elogiado por algunos como filántropo y humanitario, la realidad es que las acciones de Gates han demostrado una y otra vez que él está activamente involucrado en reducir la población mundial por cualquier medio necesario.
Según lo informado por True Activist, Gates ha expresado repetidamente su aprobación por la despoblación global y ha financiado programas de esterilización; ha impulsado programas de vacunación generalizados que han causado grandes daños; y cree en la implementación de los llamados “paneles de muerte”, que permitirían a las autoridades decidir si alguien es digno de recibir dinero de los contribuyentes para mantenerlo con vida, o si más bien se le debe “permitir” morir.
El último plan de Gates es quizás el más atrevido, y probablemente el más peligroso, hasta la fecha.
Según lo informado por Big League Politics (BLP), Gates está financiando un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Harvard que espera demostrar que arrojar millones de toneladas de polvo de tiza a la atmósfera todos los días podría atenuar el sol, combatiendo así el cambio climático.
El arriesgado plan de Gates
Como explicó BLP, Gates y el equipo de Harvard tuvieron la idea para su investigación de un desastre natural que afectó a Filipinas en 1991, cuando el Monte Pinatubo explotó:
“El desastre mató a más de 700 personas y desplazó a cientos de miles de filipinos, pero las consecuencias hicieron que surgieran ideas en la mente de los científicos”.
Una nube química quedó en la estratosfera después de la explosión, lo que resultó en la descarga de 20 millones de toneladas de dióxido de azufre. El ácido sulfúrico llovió después durante más de un año y reflejó la luz solar, lo que resultó en el eventual desarrollo de SCoPEx, el Experimento de Perturbación Controlada Estratosférica.
El plan financiado por Gates esencialmente replicará las consecuencias de la explosión del volcán en toda la Tierra si los científicos de Harvard finalmente tienen éxito en sus planes de manipulación del clima.
El plan del equipo implica el uso de 800 aviones masivos para arrojar la tiza a 12 millas sobre la superficie de la Tierra cada día, alegando que la sombra creada reflejaría los rayos del sol, evitando así el calentamiento global.
Los científicos están ansiosos por comenzar a experimentar y planean lanzar su primera ronda de aviones con tiza en el desierto de Nuevo México. El experimento inicial de SCoPEx costará alrededor de $3 millones e implicará arrojar una pequeña cantidad de polvo de carbonato de calcio a la atmósfera y medir los resultados.
Sin embargo, no todos están ansiosos por que comiencen los experimentos, y las autoridades se han detenido por temor a que la investigación sea contraproducente y cause fenómenos naturales como sequías y huracanes.
Los científicos están preocupados
Científicos eminentes han expresado serias preocupaciones sobre el plan de Gates. El asesor de política climática de las Naciones Unidas, Janos Pasztor, advierte: “Si hace uso de esta tecnología y lo hace mal o sin control, entonces puede crear diferentes tipos de riesgos globales que pueden tener desafíos iguales o mayores para la sociedad global que el cambio climático”.
“Los gobiernos deben participar en esta discusión y comprender estos temas”, agregó. “Necesitan comprender los riesgos, no solo los riesgos de hacerlo, sino también los riesgos de no comprender y no saber”.
Un riesgo claro de tapar el sol es interferir con el proceso de fotosíntesis, sin el cual las plantas y los cultivos alimentarios no podrían sobrevivir y toda la vida humana y animal estaría en peligro.