En la actualidad la tolerancia de la sociedad no tiene precedentes. Ésta no tiene ideales fijos y, como resultado, tampoco una clara división entre el bien y el mal. Así pues, aprovechando esta situación, existe una técnica que permite cambiar la actitud popular hacia conceptos considerados totalmente inaceptables o moralmente prohibidos.
Así es, esta técnica, utilizada por los gobiernos mundiales y aquellos que han tomado el control de la sociedad es denominada como “la ventana Overton”, técnica que consiste en una secuencia concreta de acciones con el fin de conseguir el resultado deseado y que puede ser más eficaz que cualquier arma de destrucción masiva conocida.
De lo anterior, surge una pregunta… ¿cómo convertir en aceptable una idea inmoral y éticamente inaceptable?
Como es el caso del aborto, el veganismo, la legalización de las drogas, la eutanasia, la ideología de género, el feminismo, la pedofilia, la vacuna COVID-19 y demás temas polémicos y mal vistos por el grueso de la sociedad, habría que trabajar paso a paso desde la fase en que se considera una acción repugnante e impensable, completamente ajena a la moral pública, hasta convertirse en una realidad aceptada por la conciencia de masas y establecerse como ley.
Esto no se consigue mediante un lavado de cerebro directo, sino con técnicas más sofisticadas que son efectivas gracias a su aplicación coherente y sistemática sin que la sociedad se dé cuenta del proceso. A continuación, hablaremos de ellas, tomando como ejemplo una acción totalmente impensable y repudiada por la sociedad: el canibalismo.
1. De lo impensable a lo radical
La cuestión de la legalización del canibalismo se encuentra en el nivel más bajo de aceptación en la “ventana de posibilidades de Overton”, ya que la sociedad lo considera como un fenómeno absurdo e impensable, y un mero tabú.
Para cambiar esa percepción, se puede, amparándose en la libertad de expresión, trasladar la cuestión a la esfera científica, pues para los científicos normalmente no hay temas tabúes. Por lo tanto, es posible celebrar, por ejemplo, un simposio etnológico sobre rituales exóticos de las tribus de la Polinesia y discutir la historia del tema de estudio y obtener declaraciones autorizadas sobre el canibalismo, garantizando así la transición de la actitud negativa e intransigente de la sociedad a una actitud más positiva.
Simultáneamente, habría que crear algún grupo radical de caníbales, aunque exista solo en Internet, que seguramente será advertido y citado por numerosos medios de comunicación. Como resultado de la primera etapa de Overton, el tabú desaparece y el tema inaceptable empieza a discutirse.
En esta etapa ya se han colocado a los asuntos de la legalización del aborto, las drogas, los matrimonios gay, el feminismo y la eutanasia; así como la legalización de la mariguana en casi toda Latinoamérica… ¿le suena familiar?
2. De lo radical a lo aceptable
En esta etapa, hay que seguir citando a los científicos, argumentando que uno no puede blindarse a tener conocimientos sobre el canibalismo, ya que si alguna persona se niega a hablar de ello será considerado un hipócrita intolerante. Esto ya sucede con quienes se oponen ideológicamente al feminismo y sus derivados.
Al condenar la intolerancia, también es necesario crear un eufemismo para el propio fenómeno para disociar la esencia de la cuestión de su denominación, es decir, separar la palabra de su significado. Así, el canibalismo se convierte en “antropofagia”, y posteriormente en “antropofilia”.
Paralelamente, se puede crear un precedente de referencia, histórico, mitológico, contemporáneo o simplemente inventado, pero lo más importante es que sea legitimado, para que pueda ser utilizado como prueba de que la “antropofilia” en principio puede ser legalizada.
3. De lo aceptable a lo sensato
Para esa etapa, es importante promover ideas como «el deseo de comer personas está genéticamente justificado», «a veces una persona tiene que recurrir a eso, si se dan circunstancias apremiantes» o «un hombre libre tiene el derecho de decidir qué come».
Los adversarios reales a esos conceptos, es decir, la gente común y corriente que no quiere ser indiferente al problema, intencionadamente se convierten para la opinión pública en enemigos radicales cuyo papel es representar la imagen de psicópatas enloquecidos, oponentes agresivos de la “antropofilia” que llaman a quemar vivos a los caníbales, junto con otros representantes de las minorías.
Expertos y periodistas en esta etapa demuestran que durante la historia de la humanidad siempre hubo ocasiones en que las personas se comían unas a otras, y que eso era normal.
A caso… ¿no le va sonando conocido este proceso en temas ahora social y legalmente aceptados?
4. De lo sensato a lo popular
Los medios de comunicación, con la ayuda de personas conocidas y políticos, ya hablan abiertamente de la antropofilia. Este fenómeno empieza a aparecer en películas, letras de canciones populares y videos; en pocas palabras, desayunarás, comerás y cenarás el tema de la antropofilia. En esta etapa, comienza a funcionar también la técnica que supone la promoción de las referencias a los personajes históricos destacados que practicaban la antropofilia.
Para justificar a los partidarios de la legalización del fenómeno se puede recurrir a la humanización de los criminales mediante la creación de una imagen positiva de ellos diciendo, por ejemplo, que ellos son las víctimas, ya que la vida las obligó a practicar la antropofilia.
5. De lo popular a lo político
Esta categoría supone ya empezar a preparar la legislación para legalizar el fenómeno. Los grupos de presión se consolidan en el poder y publican encuestas que supuestamente confirman un alto porcentaje de partidarios de la legalización del canibalismo en la sociedad. En la conciencia pública se establece un nuevo dogma: «La prohibición de comer personas está prohibida”.
Esta es una técnica típica del globalismo que funciona debido a la tolerancia como pretexto para la proscripción de los tabúes. Durante la última etapa del “movimiento de las ventanas” de Overton de lo popular a lo político, la sociedad ya ha sufrido una ruptura, pues las normas de la existencia humana se han alterado o han sido destruidas con la adopción de las nuevas leyes.
«Una idea considerada inconcebible puede pasar al terreno de lo debatible cuando aparece otra opinión aún más radical».
Joseph Overton
Finalmente, el concepto de las ventanas de posibilidades, inicialmente descrito por Joseph Overton, puede extrapolarse a cualquier fenómeno y es especialmente fácil de aplicar en una sociedad tolerante en la que la llamada libertad de expresión se ha convertido en la deshumanización y donde ante nuestros ojos se eliminan uno tras otro todos los límites que protegen a la sociedad del abismo de la autodestrucción.
Simplemente espeluznante… ¿no lo cree usted?
Y lo más triste de esto, es que estos procesos se llevan a cabo con el consentimiento social, degradando su condición humana.
Ante la serie de concesiones tolerantes que la ciudadanía hemos dado a nuestros gobernantes, una pregunta quedaría como reflexión final… ¿qué es lo que sigue?
¿La legalización de la “Ley del Talión”?
No nos extrañaría en lo más mínimo.
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Y recuerda… «No asumas NADA, cuestiona TODO».
Redacción Anwo.life